24 de abril de 2008

Mamuts de carga

El fin de semana mi divina musa y yo vimos (pirata y de malísima calidad) la de 10000 A.C. Trata de un joven cazador de mamuts, que atendiendo más a su corazón que a una profecía que lo anunciaba, sale de su aldea para rescatar a su chica secuestrada por unos "demonios de cuatro patas".

Los demonios son un grupo de egipcios a caballo incursionando en pueblos indígenas para capturar esclavos y llevarlos a la construcción de las pirámides. Al salir de sus montañas, el cazador enfrenta a unos mega-avestruces selváticos y luego salva a un tigre dientes de sable con enorme sentido de la reciprocidad (el gato) que le perdona la vida posteriormente. Resulta que el gigantesco felino deja vivo al bípedo delante de los miembros de una tribu que tenía una profecía (la tribu), también padecían los ataques de los esclavistas egipcios, pero algún día que esperaban ansioso llegaría "aquel que habla con dientes de lanza" (precisamente), a quién debían seguir para combatir y derrotar a los secuestradores.

En poquísimo tiempo, todos los pueblos del desierto (que según la película eran un chingo) se unen a nuestro cazador y empiezan la persecución de los raptores. Pero los egipcios ya dominaban la navegación fluvial y huyen (imagino que hacia el norte) por el nilo. Los perseguidores emprenden entonces la travesía terrestre (que no sigue las costas del río), se pierden entre las dunas, y luego, gracias a otra profecía, encuentran nuevamente el camino y llegan a "la ciudad de los dioses" en donde, los grandes bloques de piedra del lego faraónico son arrastrados por mamuts amaestrados. Ahí se dan cuenta (los anteriormente cazadores) de que aunque los acompañantes del enamorado heroe son un chingo, son muy pocos para los egipcios, que están mejor armados y organizados, sin embargo (piensan), si contaran con el esfuerzo de todos los esclavos... seguramente ganarían.

Después de un dudoso sondeo clandestino en el que salen a relucir otras dos profecías, los guerreros se infiltran entre los esclavos e inician el ataque. Exitoso hasta que se asoma el "Dios" desde lo alto de su templo, ante el cual todos se arrodillan. Pero el cazador, de un lanzaso que hubieran envidiado los más grandes lanzadores de jabalina de la historia, mata y así desenmascara a la presunta deidad. Termina rescatando mágicamente a la chica y regresando a su pueblo, como debía de ser.

Detallitos: la captura, marcha, y trato a los esclavos, son brutales; pero eso sí, los secuestradores nunca piensan en violar a la hermosa chica de ojos azules que se llevaron de la aldea mamutera. Lo que me lleva a concluir que en los tiempos A.C. eran más civilizados que en los que vinieron D.C., entre muchos otros detalles que sólo pueden suavizarse cooperando totalmente con el guión.

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