Después de ver la de Roma me quedó la impresión de que cualquier instrumento punzocortante manejado con la suficiente frialdad y seguridad puede resultar en un homicidio. En esta sociedad de prohibiciones me pregunté porqué es que está permitido tener cuchillos y demás armas blancas en casa. ¿No deberían eliminar el riesgo de que en un arranque de furia mi amada decida acabar conmigo?, ¿porqué dejar en mis manos la posibilidad de cortarme o hacerle daño al prójimo?, etc.
Supongo que es cuestión de educación. Sale más barato educar a tu población para controlar sus ansias homicidas que prohibir todos los posibles elementos de riesgo. Una vez salí de viaje y me enamoré de una ballesta, quería regresar a casa a personificar a Guillermo Tell (aunque sin pensar en un individuo que poner debajo de la manzana). Desgraciadamente, me dijo el tendero, un loco se había puesto a disparar con su ballesta a la gente en un parque hacía unos años, y para venderla necesitaban que yo sacara un permiso en la comisaría. Tiempo del trámite, 20 días, mi viaje acababa en 2.
Cuando iba saliendo cabizbajo de la tienda, el tendero frustrado a su vez por no poder vender, me dijo que quería ver si el día que un loco se pusiera a aventar ladrillos a los transeuntes prohibían la venta de material de construcción... ¿Es la violencia producto de los instrumentos que tenemos a la mano?
10 de septiembre de 2008
Instrumentos peligrosos dice
Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
1 comentario:
Sí que la violencia no es producto de los elementos que tenemos a la mano, pero ¡ah, cómo ayudan esos elementos al momento de aventarlos!
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