18 de septiembre de 2008

Fin del mundo conocido (9 de 10)

Un ilustre uso de los medios militares en la búsqueda de energía es obviamente la transferencia regular de armas y servicios de apoyo militar de los mayores estados importadores de energía a sus principales proveedores. Ambos, los EU y China, por ejemplo, han aumentado su entrega de armas y equipo a los estados productores de petróleo como Angola, Nigeria y Sudán, en Africa, y en la cuenca del mar Caspio a Azerbaiyán, Kazajistán y Kirguistán. Los Estados Unidos han puesto particular énfasis en suprimir las insurgencias armadas en la vital región del Delta del Niger, en Nigeria, donde la mayor parte del petróleo del país se produce; Pekín ha enfatizado la ayuda armamentista a Sudán, donde las operaciones petroleras manejadas por los Chinos son amenazadas por insurgecias tanto del sur del país como de Dafur.

Rusia también está usando transferencias de armas como un instrumento en sus esfuerzos para ganar influencia en las regiones de mayor producción de petróleo y gas de la cuenca del Mar Caspio y el Golfo Pérsico. Su afán no es procurarse energía para su propio uso, sino dominar el flujo de energía hacia otros. En particular, Moscú busca un monopolio en la transportación del gas de Asia Central a Europa a travez de la vasta red de gasoductos de Gazprom; también quiere entrar en los inmensos campos de gas de Irán, para cementar mayormente el control de Rusia sobre el comercio de gas natural.

El peligro, por supuesto, es que esas iniciativas, multiplicadas con el tiempo, provoquen carreras armamentísticas regionales, exacerben las tensiones regionales, y se incremente el peligro de involucrar a los grandes poderes en cualquier conflicto local que surja. La historia tiene demasiados ejemplos de tales errores de cálculo que han llevado a guerras que se salen de control. Piensen en los años que desembocaron en la Primera Guerra Mundial. De hecho, hoy en día Asia Central y el Mar Caspio, con sus múltiples desórdenes etnicos y grandes rivalidades de poder, tiene más que una similitud de reojo con los Balcanes en los años previos a 1914.

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