Antes de salir de vacaciones andaba poco motivado y sin mucha dirección en la chamba (la dirección sigue más o menos igual desdichadamente, y mi motivación ligeramente piorrr), así que me puse a ver algunas películas que me pasó el Tona. Primero me hizo ver la de Vier Minuten, que le había costado mucho trabajo conseguir, de hecho creo que la pidió en Amazon y le mandaron el DVD, que resumió bastante bien en su genial blog kukodachocolado. En esta movie se combinan una anciana maestra de piano lesbiana de pasado nazi y una presidiaria agresiva y violenta super talentosa musicalmente, en un juego de estira y afloja que nos va haciendo conocer a las personajes principales poco a poco, que culmina en un concierto de cuatro minutos que la joven aprovecha para hacer lo que le da la gana (musicalmente) antes de que la vuelvan a arrestar mientras el público la ovaciona.
Luego me hizo ver un excelente filme franco-canadiense llamado Les invasions barbares (en español Mis últimos días), que trata de un paciente con cancer terminal que gracias a su esposa e hijo pasa los últimos días de su vida conviviendo con sus mejores amigos y amigas, casi permanentemente drogado con heroína aunque lúcido, hasta que al final, en una casa de campo a la que pidió que lo llevaran se despide de todos y con su consentimiento le inyectan una sobredosis de la droga y muere. Me gustó mucho, porque toca el tema de la eutanasia sin hacer un gran caso super expuesto, justificado y sufrido como en la de Mar Adentro. Me latió que todos amaran disfrutar al lado del enfermo y le demostraran su afecto, y que la muerte asistida fuera sólo un detalle más de la película, algo natural de dos o tres minutos a lo más, ni tan importante ni tan deseado ni tan grave ni nada.
El último día antes de las vacaciones, conseguí finalmente, después de mucho buscar y esperar, la de Religulous, que vi hasta la mitad porque ya era tarde y quería irme a descansar, pero ahora que regresé terminé de verla y está genial. No dice absolutamente nada nuevo, pues a lo largo de la historia ha habido mentes brillantes refutando los mitos, mentiras y creencias religiosas. En esta peli Bill Maher viaja por el mundo conversando con el auditorio y preguntando con ironía a personas religiosas sobre sus religiones y el porqué de sus creencias. Su producto es la duda, dice cerca del principio, no las certezas y defiende a la duda heróicamente. Demostrando cerca del final que hacer de la fé una virtud por la cual votar a favor de alguien es glorificar a quien se niega a pensar, insta a los escépticos a salir del closet para cuestionar la práctica de dejar que lleguen al poder personas que creen que el mundo está por acabarse en el apocalipsis. ¿Cómo puedes tomar decisiones a largo plazo si crees que pronto todo valdrá madres? Original y divertido, el documental de Bill Maher pareciera una instancia a los escépticos para unirse como grupo social minoritario y luchar por que "quien dirige el barco lo haga guiado por una brújula y no por el oráculo dictado por la lectura de las tripas de un pollo".
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