31 de enero de 2009

Parecon - La introducción (14 de 20)

Con los trabajos combinados balanceados, si Diana y Eduardo trabajan cada uno ocho horas al mismo ritmo recibirán el mismo ingreso. Esto es así sin importar de que trabajo en particular se trate, sin importar en qué empresas estén y qué tan diferente sea su mezcla de tareas, y sin importar lo talentosos que sean, porque si tienen un trabajo combinado balanceado su carga total de trabajo será similar en sus implicaciones de calidad de vida y efectos habilitadores. La única diferencia en la recompensa a los que trabajen combinadamente será por la duración e intensidad del trabajo efectuado. Si esos dos son iguales, la porción de producción devengada será igual. Si la duración del tiempo de trabajo o la intensidad del mismo difieren de alguna forma, también lo hará la porción de producción que cada uno reciba.

Pero ¿quién decide acerca de las características de los trabajos combinados y quién evalúa el valor y la intensidad del trabajo de la gente? Los trabajadores, por supuesto, en sus consejos, con el uso de información seleccionada por métodos consistentes con la filosofía de trabajos combinados y remuneración justa, y en un contexto apropiadamente influenciado por los gustos y deseos de los consumindores.

A la propuesta del internacionalista pareconista para una alternativa al capitalismo le hace falta un largo paso aún. ¿Cómo se conectarán las acciones de trabajadores y consumidores? ¿Cómo lograremos que la producción total de las empresas se empate con el total de consumo colectivo en vecindarios y otros grupos al tiempo que con aquel llevado a cabo por individuos en privado? Y ya que llegamos a eso, ¿qué determina la valoración relativa de los distintos productos y opciones? ¿Cómo decidiremos cuantos trabajadores estarán en qué industria y produciendo cuánto? ¿Qué influiría la elección de si un producto debería o no hacerse? ¿Qué dirige a las inversiones en nuevas tecnologías a su vez influyendo en qué proyectos deberían de emprenderse y cuales otros demorarse o rechazarse? Estas y otras preguntas, demasiado numerosas para mencionarlas en esta introducción (aunque se exploran más tarde en el libro ) son todas acerca de distribución.

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