3 de febrero de 2009

Más recuperación del PVSD

Las vacaciones fueron un momento de no tener que cumplir con algunas actividades, me gustó pero duró muy poco. Para mí lo ideal sería trabajar nueve meses en variados objetivos colectivos y personales, que por supuesto fueran redituables, y apartarme tres meses al año para viajar al lado de mi deliciosa compañera, de pueblo en pueblo, por varios paises del mundo, aunque permanentemente conectado vía web a mis intereses y sin dejar nunca del todo ciertas actividades. En cambio en la pasada ocasión vacacional, tuvimos casi casi que atragantarnos de vacaciones, y nos indigestamos ligeramente.

Decirle a un empleado: bueno, el mercado laboral me ofrece a gente como tú pero que exige menos prestaciones es un modo de aprovechar una situación descontrolada. Las justificaciones son legión, y matemáticamente calculadas. Competitividad, costo de la mano de obra, permanencia en el nicho, etc. Pero creo que existe un error fundamental en poner al mercado por encima de las personas, la visión friedmanita de un mundo en que tódo se mueva por las leyes de la libre oferta y la libre demanda dejando que el omnipresente mercado auto-regule sus propios flujos, no deja espacio para la negociación entre las personas, porque precisamente hay unas leyes "naturales" que (por debajo de cierta capacidad capitalista) te ponen precio, o te lo quitan.

Es extraño que Friedman considerara que toda política que protegía a la población de los flujos "telúricos" del mercado fuera una distorsión inaceptable, mientras que todos los emprendedores que se aprovechan de los mismos fluidos económicos y los concentran y acumulan y modelan, en lugar de permitir que sigan fluyendo libremente, no sean tomados en cuenta también en tanto distorsiones. Deplorar la cualidad disruptiva del hombre en unos casos y hacerse de la vista gorda en otros es típico del que tiene intereses o ambiciones involucrados.

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