Ahora que he estado leyendo a Rodotà me he encontrado pensando en las aplicaciones electrónicas que describe y su grado de complejidad (no muy alto), en algunos momentos me detengo y fantaseo acerca de aplicaciones nuevas que ayuden en el esfuerzo por una democracia continua que sea principalmente participativa y en grados mínimos representativa. Veo cada vez más que se sobreponen conceptos (o campos semánticos) que antes se tocaban por separado como consumidor y ciudadano. Eso le da solidez a la idea de modificar a la sociedad por medio del consumo organizado de manera horizontal, que he adoptado como semilla de mis reflexiones.
Según Michael Albert hay cuatro esferas principales de relación entre los seres humanos, estas son: parentesco, política, espiritualidad y economía. Dice que si bien se toman por separado, las estructuras de una afectan a las otras tres y viceversa, de este modo suele intentarse en la familia y/o la iglesia lo que sirve en el mercado casi siempre con resultados deplorables. Sin embargo, si como sociedad lográramos modificar las instituciones económicas (que en el libre mercado fomentan competencia, desigualdad, uniformidad, sometimiento y externalidades nocivas para el medio ambiente) hacia otro modo de producir-distribuir-consumir menos dañino, entonces seguramente también mejorarían las otras esferas de las relaciones humanas.
Me doy cuenta que tratar de cambiar cualquiera de esas esferas es una tarea titánica. Porque implica una salida de la comodidad y seguridad para muchos. Me pregunto entonces: ¿será que mi aplicación para la administración del consumo personal sólo sea un módulo de una gran gama de opciones democratizadoras que deberían haber? Supongo que primero tengo que lograr escribir y publicar la dichosa aplicación (o al menos la especificación técnica), luego veré en qué contexto puede insertarse, y qué puede complementarla.
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