14 de abril de 2009

Pregunta analítica rara

¿Qué cómo veo la relación de mis viejos padres?, vaya pregunta, no sé si así la vean todos los hijos, pero para mí no es el ideal. Para mi relación actual yo pretendo otras cosas, no algo igual a lo que tienen mis papás. Aunque pensándolo bien tal vez similar en algunos sentidos loables dignos de mención.

Primero lo malo (¿qué hacerle?, soy aguafiestas), en lo que quiero que no se parezca mi relación con mi musa a la que tienen mi padre y mi madre es en ese estar moliendo constantemente al otro con respecto a sus hábitos, a su salud, a su vestimenta, a la competencia para aportar a la economía familiar, así como estar interfiriendo al otro respecto de los mismos temas "por su propio bien". Vamos que si mi papá se quisiera comer otro pastelillo o mi mamá ir a pedir una segunda opinión médica no debería haber rechazo o interferencia, por más goloso o hipocondriaca que sean el uno y la otra.

Me gustaría en cambio que mi amada y yo nos hiciéramos responsables cada uno de los propios hábitos, salud, vestidos y competencias, y aceptáramos las "críticas" del otro no como ataque sino como oportunidad de mejorar (jerjer, ¿área de oportunidad?). A veces serán ataques, y creo que saber distinguirlos de las críticas es bueno para entender si es que hay oportunidades, o si lo mejor es armarse de paciencia.

En seguida lo bueno, algo de lo que no me gustaría prescindir: mi mamá o mi papá pueden ausentarse por semanas, meses, y hasta años (con algunas visitas esporádicas), lo cual seguramente los hace dudar pero siguen juntos, y eso es algo a lo que me gustaría llegar. A que si tuviera que partir uno o varios meses para hacer fortuna o hacer un viaje, y mi amada no pudiera acompañarme porque sus intereses estuvieran en juego, o viceversa, no fuera motivo de conflicto entre nosotros.

Además de eso me gustaría que los dos tuviéramos una gran confianza en la propia individualidad: que no importe lo que haya hecho el/la otro/a en tu/su ausencia, sino las ganas de seguir estando con él/ella, por supuesto con cierto grado de reciprocidad.

En realidad yo no aspiro a una "pareja" o a una "familia", pues son términos que me parecen cargados de contenidos prefabricados. Yo aspiro a asociarme con algunos pocos individuos enriquecedores para mi individualidad, y a cumplir los compromisos que establezca con cada uno de ellos, y si se da que con quien más convivo y disfruto y con quien más compromisos tengo es con mi musa, pues se dirá que hacemos "bonita pareja", pero entre nosotros no debemos perder de vista nunca que somos individuos. Claro, en todo esto también entra el sexo, es "mi mujer" (aunque yo prefiero decir "mi compañera") porque tenemos relaciones íntimas, pero puesto que somos individuos, en cualquier momento podemos desbaratar la "pareja", por lo tanto va primero la individualidad y luego la sociedad que se quiera conformar.

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