21 de mayo de 2009

Cómo hacer las paces (¿sin morir en el intento?)

La verdad es que el último día que nos peleamos mi musa y yo, volví a cuestionar la postura según la cual ella encontraba mejor y más conveniente la hostilidad y el antagonismo que me demostraba, que llevar la fiesta en paz y/o defender sus comentarios por medio de la razón (la cual creo esgrimir con cierta habilidad). Lo que me hizo recibir como premio variados insultos y más hostilidad, así como una sensación de "ya valió madres" que no me pude quitar hasta ya entrada la noche.

Todo empezó cuando a la hora de la comida le comenté que en el trabajo habían puesto el nuevo firewall, y que me parecía lo más estúpido de este mundo por todo lo que menciono aquí, y que por lo tanto ya había empezado a enviar ridículums y a buscar trabajo en otras partes. Pues bien, ella se inflamó con mis comentarios y sin más argumentos que: "pues yo pienso muy diferente que tú" empezó a echar chispas y centellas por la mirada y las expresiones corporales, sin lograr poner en palabras coherentes el porqué de su alineación y su complicidad con mis opresivos y poco visionarios jefes.

Así que, según la dinámica en que en este post me propuse no seguir entrando, le pregunté sus motivos para que mis ideas al respecto fueran tan mal recibidas, sin que ella supiera responderme algo que se acoplara a mi caso específico (desarrollador de tecnología de supuesta super vanguardia-innovación-creatividad). Al no poder argumentar de manera contundente, se volcó contra mi persona, contra mi habilidad verbal "nada productiva", contra mis hábitos de lectura, contra una imagen de mí que me era desconocida y me parece 90% falsa: la de un irresponsable que prefiere rascarse la panza a trabajar, etc.

Entonces cuestioné más a fondo, sin permitirme explotar nunca, sobre los asuntos que menciono en el primer párrafo deste post, y el resultado fue el acabose.

Entonces, ¿cómo es que en la noche me invitó a la cena de cumpleaños de su papá?, ¿cómo es que cuando regresamos al depto quiso conversar conmigo casi como si nada hubiera pasado? Yo por supuesto acepté la fingida armonía reinstaurada porque se parece a aquella que aspiro, pero no dejé de hacerle notar que me encontraba todavía con PTSD, y que tendríamos que hablar-aclarar-descifrar, más adelante, sobre el asunto.

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