13 de mayo de 2009

Tones para los

Sucede que cuando algo me desconcierta me pongo a preguntar 'porqué' casi como un niño pequeño (mi amada diría que al estilo de la vieja KGB). Pues creo que porque veo (o reflexiono o sospecho) alguna incongruencia entre actos y discurso hablado (y discurso gestual, y estado de ánimo, y demás discursos) puedo empezar a preguntar, o que tengo algún derecho a saber. Y no es así. La confianza supone una narración y una credulidad, no un interrogatorio que las rompe. A veces preguntar es un sano modo de hacer dudar al otro para que piense mejor las cosas, pero esto sucede así sólo cuando es el otro el que pide ser interrogado, o cuando la relación es profesional, pero no cuando la interacción conlleva ciertas cargas emocionales profundas y estereotipadas. Interrogar en este último caso puede convertirse en una lucha de egos que saque a relucir lo peor de cada uno.

La analista en una de esas me preguntó que porqué preguntaba lo que ya sabía, y en un principio, ingenuamente sostuve que no era así, que si preguntaba era precisamente porque no sabía. Ahora bien, hay que conferirme enormes capacidades de observación y análisis para creer que yo sé lo que pasa en mi entorno inmediato con exactitud, así como en las mentes y corazones de mis seres queridos. Pero la analista me hizo ver que en haciendo yo alguna pregunta, era porque estaba haciendo hipótesis o conjeturas y "lanzando a mis sabuesos tras de ellas", pues bien, claro que era así. Pero eso no quiere decir que yo supiera de antemano la respuesta y sólo quisiera que mi musa lo reconociera, sino que sabía que yo no sabía, e igualmente que ella tampoco sabía, y que entonces podíamos empezar a inventar nuestras propias reglas y a definir caminos nuevos en lugar de transitar el viejo y maltrecho sendero sin haberlo cuestionado. Lo hacía con un mal modo, cierto, pero no con malas intenciones.

Ahora para mí, el problema radical está en mí. Es mi problema. Ya no debo preguntar para: a) demostrar que el otro tampoco sabe, b) obtener una respuesta que ya esperaba, c) reducir las probabilidades, d) comprometer o presionar. Sólo preguntaré bajo pedido y con mucho cuidado. Mientras tanto sigo en situación de emergencia sanitaria emocional y mental.

2 comentarios:

Mariana Ortiz dijo...

Eres increible!, piensa que en el amor hay varias etapas, y creo y hasta el momento sé que despues de 4 años puedes seguir ilusionando a la mujer o al hombre de tu vida, puedes, pero también es verdad que es necesario que los 2 quieran, cuando falla una de las dos partes, siento decirlo, ya no hay marcha atrás, y es mejor cortar inmediatamente por lo sano, antes de que irremediablemente acabe siendo un suplicio diario que no tiene contentas a ninguna de las dos partes y caer en la enfermedad de algo que no los llevará a ninguna parte, hay que dejar espacio, hay que poder moverse, darse tiempo a uno mismo, experimentar la soledad, y sumergido en ella buscarte a ti y si en ese espacio no necesitas a nadie más, está claro, y si lo necesitas piensa como sería lo que necesitas, y si aquello que dejaste es lo que necesitas lucha por el con todas tus fuerzas, pero si no, no hagas mas larga la agonia, dolerá, pero "eso, esto también pasará..."

Anónimo dijo...

mmmm, no es por ofender pero, ¿qué tiene que ver el comentario de esta mujer de arriba con tu post?
Como que no entendió ni jota. Además cantinflea...hihi.
Reconocer que uno a veces tiene dañado el psique es plausible, dar el siguiente paso es un logro. Lo único que resta es, poniendo énfasis, tener voluntad y creer que nuestra mente es más poderosa que todo; es quien maneja al robot de nuestra existencia voluminosa, imagina qué carga!.
Saludos, suerte en terapia y voluntad.
Una amiga.