30 de mayo de 2009

¿Ser asceta sin serlo tanto?

El sábado pasado me compré una báscula para pesarme y monitorear el descenso de kilos durante los próximos meses. El peso reflejado ahora es 20 kilos superior al que recuerdo haber tenido en mi juvenil mejor momento, esto es, en aquel punto de mi tiempo en que la imagen que me reflejaba el espejo me hacía sentir seguro y capaz de ligarme prácticamente a cualquier chica que se me parara enfrente. Curiosamente en ese entonces mi ideal eran cuatro kilos menos a los que pesaba y me sentía gordo, pero ahora creo que esa ya era una exageración. ¿Será una exageración bajar 20 kilos a estas alturas?

Hoy supe de un general gringo al que designaron como el comandante en jefe de las operaciones en Afganistán, un tal Lt. Gen. Stanley A. McChrystal, que según cuentan es un asceta más que espartano de hueso colorado: duerme un par de horas por día, hace ejercicio de manera estúpida, consume una comida frugal una vez al día "para no aletargarse", y mantiene un nivel de actividad que me parece imposible, al menos sin drogas de algún tipo. Pero no, cuentan que este ejemplar de hierro no se mete nada; el autor del fotoblog bagnewsnotes lo compara con el general que se vuelve loco en la genial Dr. Strangelove de Stanley kubrick; por lo que no creo que contamine con nada sus precious bodily fluids.

Ahora bien, no sé es si quiero llegar a ese grado de obsesión, digo, controlar algunas facetas controlables de la vida cotidiana es algo hasta cierto punto sano, Savater habla de la templanza como una cualidad (o virtud) en declive, y me parece grandiosa la defensa que hace de los distintos placeres de la vida como actividades que quién se sabe medir reivindica, contra el modo en que las desvirtuan los que no saben ponerse límites, o lo que se alejan o abstienen completamente dellas. Mi intención es mantener bajo control algunos placeres "peligrosos", para poder seguir disfrutando dellos por mucho tiempo más, no tratar de engañarme y negarles el estatus de placeres que tienen, para convertirlos en una especie de enfermedad de la que cuidarme. Adicionalmente, entiendo que los y las generales gringos(as) de ese nivel no tienen familia ni relaciones interpersonales íntimas, todo sea por la patria. Yo como no soy ningún patriota puedo darme el lujo de "aletargarme" un poquito.

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