Decidí no echar en saco roto las preguntas de la analista con respecto a mi apariencia. El disfraz es sólo eso, un disfraz, un atuendo, pero tiene partes que me crecen y que cuidé mucho, y por lo tanto desarrollé un poco de apego hacia ellas (mientras que otras han crecido precisamente por descuido). Si algunos pocos cambios pueden ayudarme a cambiar en otras cosas, y esas cosas a su vez me permiten restablecer un lazo con mi musa, valdrá la pena. Ahora bien, ¿y si los cambios no me ayudan para nada en ese grandioso objetivo de relaciones diplomáticas?, no importa, no lloraré por el disfraz perdido (habrá algo más importante que llorar), y de cualquier modo estaré usando uno nuevo.
Así pues, el sábado pasado me rasuré la barba, y hoy pretendo cortarme la greña que ya me llega más abajo de media espalda. Además me compraré una báscula y empezaré una dieta para bajar cerca de 15 kilos en los próximos doce meses. Probablemente también me ponga a hacer ejercicio, y con eso de que llevo ya dos meses de fumar sólo un cigarro al día y he logrado mantener al mugroso vicio a raya, seré un especimen casi saludable. Además, creo que nos mudaremos a otro lugar dentro de no mucho, independientemente del estado de las cosas entre nosotros haré el esfuerzo y buscaré y encontraré algo que complazca a la princesa. Adicionalmente, me gustaría de verdad pararme en la universidad y solicitar nuevamente el plan de estudios de letras, asesorarme con algún director de carrera y dedicarme a terminar mis estudios y graduarme. De algún modo el blog son horas de vuelo, es práctica, pero el título podría legitimarlas y ayudarme a conseguir un empleo en el mundo de los textos... Mientras tanto le voy dando poco a poco a proyectos personales, estoy por terminar un sitio web e iniciar el que le prometí hace más de cuatro años a mi papá.
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