De algún modo sé que ese título atraerá bastantes visitantes ingenuos al blog. Desdichadamente también sé que en cuanto se enteren de que mi conocimiento es igual o menor al dellos abandonarán este lugar inmediatamente. Claro, porque quien busca ese tipo de oración en google es un pendejo impolíticamente correcto que no puede hallarse en un ambiente refinado ni letrado. Tal vez la frase debería decir: "como mantener contenta a una persona", porque si no peca de sexista, y aún así se podría decir que una persona de sexo indistinto se caracteriza por ser inquieta, por andar por su vida insatisfecha de su mundo y de si misma, por buscar, en cuanto está contenta, motivos para no estarlo más, o para buscar otros modos de contentarse, etc. Y todo sin importar que la misma persona diga que busca con qué quedar conforme o con qué obtener la paz, pues ese quedar conforme u obtener la paz no ha de llegar jamás mientras viva.
Pero siendo sexista, hay tres factores que hacen que las personas de sexo femenino se inconformen más seguido que las de su contraparte masculina, 1.- la sociedad las encasilla dentro de un rol reproductivo que supuestamente debe dar "sentido" a sus existencias; 2.- estadísticamente son más listas que los hombres (no quiero decir que superen al sexo masculino en matemáticas o filosofía, donde creo que puede haber cierta igualdad, sino que lo superan en astucia interpersonal); y 3.- cada mes sufren trastornos hormonales que pueden llegar a ser sumamente dolorosos, sin que para ese castigo periódico haya alguna culpa o motivo de por medio, además de su sexo. Claro, puede haber otros factores particulares a cada individualidad, o a grupos minoritarios, o incluso otros universales de este género que se me escapan (por eso advertía en el primer párrafo que no soy ningún sabio en la materia ni tengo realmente ninguna respuesta). El hecho es que creo que estos tres factores hacen aún más difícil de lograr lo que dice el título deste post.
Existe otra razón adicional obviamente pasada por alto en el título, y es que nadie puede contentar o hacer feliz a otra persona sin que ésta coopere y quiera activamente estar contenta o feliz. Y fuera del breve periodo de enamoramiento con que se inician la mayoría de las parejas, donde hay toda clase de ilusiones y expectativas absurdas y todo es cooperación y complicidad permanente; creer que uno podrá mantener a la otra (o al otro) permanentemente ilusionado es soñar con ser un dios, o el mejor de los ilusionistas. Creencias que además subestiman la capacidad de la otra (o el otro) para inconformarse (al mismo tiempo que su inteligencia). Concluyo que no es mi trabajo hacer feliz a mi amada, ese es su trabajo y su responsabilidad (es su tiempo, su vida, y no hay vuelta hacia atrás para recuperar los momentos perdidos), mi trabajo es tal vez y dentro de mis posibilidades: no hacerle más pesado el sufrimiento, e intentar frecuentemente hacerla sonreir.
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