5 de mayo de 2009

¿Espiar a los empleados?

El día que me dijeron que se estandarizarían los sistemas operativos del changarro bananero para el que trabajo, a windows (sin especificar si XP o Vista), me molesté muchísimo y me puse a lanzar diatribas con algunos amigos vía chat. Soy un usuario de GNU/Linux convencido de que en el ambiente laboral no le pide nada a los sistemas privativos, quizá como consola de juegos se quede corto comparado con windows, así como en ambientes de diseño gráfico comparado con apple. Pero para programar, documentar, escribir, calcular, proveer servicios de seguridad, así como casi todos los servicios web sensatos que se puedan imaginar es superior, no, no está a la par, se la mata a los demás. Con la ventaja adicional de que es software libre, esto quiere decir que es un sistema que soy libre de usar, estudiar, modificar y compartir con mis amigos y colegas sin incurrir en ningún delito por ello.

En mis exhabruptos por chat asumí una postura totalmente antagonista a mis empleadores. Le comenté a mis amigos que denunciaría a la empresa por usar todas las licencias pirata de los productos de microsoft y adobe, y, que como yo estaba haciendo algo perfectamente legal y "ético" al denunciar las malas prácticas de mis empleadores ante las empresas afectadas no debía haber represalias, y que si las había, iría también al seguro y denunciaría la otra transa que hacen de declarar mucho menos de sueldo que lo que en realidad le pagan a sus empleados, con lo que finalmente pagan una aportación minúscula a la institución de salud pública para los trabajadores y al fondo de pensiones (y se clavan el resto). Todo eso lo dije, sin pensar en tener que hacerlo, porque de algún modo sabía que todavía podría defender ante la dirección mi uso de GNU/Linux, y tal vez dejándolo como último recurso si veía que me querían obligar de verdad.

Al día siguiente la empresa ya tenía un plan de regularización de las licencias, y habían designado a varios encargados de revisar la legitimidad de las mismas. Me pareció rarísimo todo, pero como había compartido mis diatribas con varios compañeros de la oficina pensé en algún "traidor", nadamás. La verdad tenía que pensar más mal. Desde ese día dejé de ser tan bien visto por los jefes, quienes empezaron a hablar mal de mí frente a otros "leales" compañeros que sin entender bien porqué me dijeron que había cierta repentina saña en mi contra en los altos mandos.

La semana pasada me contactó por chat mi primo de italia para preguntar como estabamos todos, esto por las noticias de la gripe porcina, y hasta me hizo varios chistes fonéticos respecto a los funghi porcini, fue una sabrosa y breve charla bastante aligeradora. Media hora después me mandó llamar el director para preguntarme si hablaba italiano, porque dizque estaban presentando a un cliente una cotización y en ella le decían que en la empresa también manejábamos el italiano...

Fue extraño, a partir dese momento estoy algo tenso, adquirí la convicción de que me espian las comunicaciones, y que al viejo estilo de la STASI, se toman muy en serio las palabras dichas a la ligera. Por eso ahora debo buscar chamba y/o esperar ser despedido "justificadamente", lo cual, a no ser que se diera con una abultada liquidación, no les ahorraría el pleito del seguro. Ya veremos cual de las dos llega primero.

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