De algún modo extraño e indirecto he ido alcanzando la famosísima disciplina, fuera de las áreas comunmente prestigiosas por supuesto, y sin que aún me resulte beneficiosa. Puedo enumerar por orden de aparición las actividades cotidianas que procuro hacer sin falta: leer entre cuatro y ocho periodos diarios de entre quince a cuarenta minutos, para lo cual ya llevo más de veinte satisfactorios años de lector comprometido; anotar todos mis gastos, de los que empecé a llevar registro hace tres años dos meses siete días y no falta ninguna línea en mi micro base de datos; escribir en el blog, del cual se puede ver aquí mismo la fecha del primer post; limitarme a un sólo cigarrillo diario desde marzo deste año, sin haber caido en la tentación más que el día de mi cumpleaños (vamos, ya que como todos soy auto-indulgente) en que fumé tres veces; obligarme a alzarme del lecho entre las cinco y cinco veinte A.M. desde hace como quince días en que empecé en mi nuevo trabajo.
No son muchas cosas, pero me dan una idea de cómo lograr cometidos específicos. En estos últimos tiempos me he visto abrumado por actividades que se traslapan, por planes demasiado ambiciosos, por desidia y por distracciones. Por ejemplo, en el nuevo trabajo debo aprender una serie de cosas nuevas por mi cuenta, como las bibliotecas YUI de yahoo, y apenas llevo 20 minutos de leer al respecto y 10 minutos de experimentar, me distraigo y leo noticias, navego, juego, chateo, o alguna otra actividad. Algunos educadores piadosos me dirán que es porque el tema que debo comprender es superóptimo, y entonces es demasiada información para mi pobre cerebrito y por tanto aunque siguiera aferrado por más tiempo en su lectura y experimentación no avanzaría porque tengo que incubar y procesar lo que llega a mi mente, pero el hecho es que mis compañeros también dependen de mi aprendizaje y éste no debe hacerse esperar más. No es ni siquiera un dilema, sé lo que tengo que hacer y es disciplinarme del mismo modo que he hecho aquí (con el blog), debo mantenerme pegado durante las ocho horas que dura mi estancia en la oficina al problema y solucionarlo, y asunto resuelto.
En donde no resulta tan claro ni tan fácil es aquí, en la casa, y ahora, en mi tiempo libre. Pues ahora es cuando debería estar avanzando en los distintos proyectos que tengo por fuera, que son tres además del esfuerzo bloggero, y a los que casi nunca les dedico el tiempo necesario, y cuando le he dedicado una tarde a uno olvido por completo a los demás, y me acuesto tarde sin nunca acabar del todo, etc. Quiero encontrar el modo de acomodar todas las actividades en mi vida de manera que me sea redituable. De hecho, si además quiero terminar la carrera, debo encontrar El método, además de la famosa disciplina.
13 de julio de 2009
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Etiquetas: reflexiones - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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