26 de julio de 2009

Recta final de la inesperada papelería

Estoy por terminar el de Papeles inesperados, de Julio Cortázar. En realidad los papeles inesperados son de Julio, la recopilación, orden y publicación en un volumen son de un conocedor y experto, pero se nota que no es el archicronopio Julio quien está detrás del libro. Creo que él nunca hubiera puesto ese orden, esa aglomeración por categorías tan fama. Entiendo también que no hubiera vuelto a publicar algunos documentos que sin embargo sí salen en el libro, como cartas, protestas, declaraciones, que tenían mucha más fuerza cuando las escribió pero que ahora, después de mucho tiempo, son un mero testimonio más o menos serio o melancólico de sus inclinaciones, o de compromisos o encargos en donde no imprimió un gran qué del cronopiano espíritu lúdico y experimental que lo caracaterizan.

Por otra parte, hay algunos relatos tan mágicos que no entiendo porqué Cortázar no los consideró para incluirlos en otros tomos suyos anteriores. Tal vez era cuestión de conjunto. Tal vez esperaba que se insertaran de forma natural entre otros textos, en otros contextos que nunca se dieron. Tal vez sentía que les faltaba algo, o que les sobraba. O eran cosas demasiado personales como para sacarlas a la luz.

Por ejemplo el cuento Ciao, Verona, donde la voz narradora es la de una lesbiana recien salida del closet que tiene un reencuentro decepcionante con un ex-compañero sexual. Se decepciona porque el hombre acata de mala gana las nuevas reglas, y al final ella entiende que nunca podrán ser amigos porque él estará siempre intentando romperlas, y devolverla a ella al femenino status quo anterior. Me pareció excelente por muchas cosas, por la voz que lo narra en una carta a una amante perdida, por la insinuación de que el hombre es escritor y dio a conocer la historia por su cuenta, por el tono melancólico de quien no espera respuesta y tal vez ni siquiera lectura, por varios juegos que hacen sentir que quien narra de verdad es quien dice ser y no, etc.

Como buen fan sé parte de la biografía de Julio y precisamente sé de Chris, una mujer con quien compartió primero el lecho amoroso y luego se enteró de que ambos compartían el gusto por las mujeres y finalmente se separaron y él le escribió algunos poemas post-relación. Sí, supongo que era algo íntimo e involucraba a otra persona, y que por eso aunque es buenísimo nunca quiso publicarlo... Vamos, que publicar algo en ese tiempo era muy caro (no había internet), y también era dejar fuera muchas cosas más como en cualquier tiempo. Estoy por entrar a la sección titulada Fondos de cajón de esta compilación de textos sueltos, luego vienen las Entrevistas ante el espejo, y al final algunos Poemas.

No hay comentarios.: