25 de agosto de 2009

Aguas con el agua (próximamente privatizada)

El fantasma del agotamiento acuático se cierne sobre la urbe. El gobierno del D.F. ha iniciado una campaña mediática para alertarnos y alarmarnos minuciosamente respecto de la ominosa carestía del agua en esta gran ciudad de Mexicou. Para Febrero, dicen, ya no habrá líquido, al mismo tiempo que otras autoridades explican que para dentro de entre tres a ocho años dejará de haber petróleo, y otras a su vez nos informan que las emisiones masivas de CO2 empeoran día con día irreversiblemente el cambio climático que finalmente destruirá el soporte de la vida en el planeta. Lo cierto es que todas esas amenazas están aquí, por caernos encima, casi ahora, y nos dan miedo, y no sé porqué el temor es mayor que el saber que unos cinco mil millones de individuos en el mundo ya viven de manera miserable, sin expectativas, sin cultura, sin acceso a la belleza, maquilando lo que consumimos los que estamos tan preocupados por el ecosistema.

Es increible que el gobierno se gaste una fortuna en una campaña mediática al respecto del agua, en la que comprometen al ciudadano de a pie a consumir menos agua, convencen a los niños para que hagan sentir mal a sus papás por lavar los platos o no bañarse en tiempo récord, dan pie para que los ciudadanos se culpen unos a otros, vecinos a vecinos, familiares a familiares, etc, y le meten miedo a todo aquel que habita en el Defe; pero no se gasta, el mismo gobierno, una fortuna igual en comprar sistemas de purificación y reciclamiento para el agua que se va por el gran canal, o en recolectores de agua de lluvia, o en incentivos para arreglar según nuevas tecnologías y normas todas las fugas del precioso fluido, caseras y públicas.

Me sorprende que cause tanto revuelo entre los habitantes defeños, puesto que desde hace rato el agua para beber no es de la red pública de H2O. Recuerdo que cuando era chico podía quitarme la sed en los bebederos de la primaria y tomar agua de la llave impunemente. Luego mis papás empezaron a hervirla, por temor a bacterias provocadoras de malestares estomacales, parasitismos y diarreas (el cólera era propio de zonas tropicales y aún no era de temer), luego me fui con mi mamá a Francia mientras ella hacía su doctorado, y si no mal recuerdo allá el agua de la llave es potable en todos lados, al igual que en Italia y España. Sin embargo, cuando regresé a México ya hervirla no era suficiente ("hay químicos nocivos en ella", me decía mi papá), así que desde aproximadamente 20 años compramos agua embotellada. Y el agua embotellada no es del subsuelo de la Ciudad ni de las presas aledañas, es de Puebla, del estado de México, y de zonas aún más lejanas. Entonces, de cualquier forma si llegara a faltar el agua, será aquella que usamos para bañarnos, para lavar los platos, etc, la que sirve para beber ya está asegurada por el precio (casi a peso de oro) al que nos la venden y la compramos.

Mi teoría (de la conspiración) es que el Gobierno defequeño quiere deslindarse de la responsabilidad de proveer el líquido a los habitantes y que con la excusa del faltante, le darán un jugosísimo negocio a las trasnacionales que ya de por sí dominan el mercado del agua potable. Falta que al rato el agua sea un bien privado, propiedad de corporaciones y que sea ilegal que los particulares la colectemos de la lluvia o de otras fuentes. Creo que eso ya pasó en algún país de centroamérica y la población se sublevó para reclamar y lograron que se revirtiera la privatización del valioso líquido, pero la población mexicana es más blanda y más débil, todo lo quieren lograr por vía del aparato electoral que no sirve más que para legitimizar sus propios fraudes. En efecto, se la hacen a quienes se dejan (¿nos dejamos?).

1 comentario:

choco Nocturno dijo...

¡Sí, nos dejamos!

¿o cómo..?