13 de agosto de 2009

Virtuosas y filosóficas tradiciones

Voy a la mitad de los Diálogos, en los que según esto Platón refiere fielmente las indagaciones de Sócrates con variados ciudadanos y visitantes ilustres de Atenas respecto de toda clase de temas, y les demuestra siempre que no sabían a fondo de lo que hablaban cuando externaban sus convicciones. El libro empieza con la Apología, que es la defensa que presenta el viejo Sócrates ante el tribunal al que fue llevado por "corromper a la juventud" y "renegar de los dioses", excelente discurso tras el cual (a pesar del cual) lo condenan a muerte. Luego viene el diálogo titulado Critón subtitulado: O del deber, en el que un personaje del mismo nombre quel título le ofrece escapar a su suerte y exiliarse. Sócrates se niega a huir de su ciudad y de las leyes que lo condenaron y da sus razones para ello. A continuación se narran con estilos ligeramente distintos entre sí todos los demás diálogos en órden cronológico, en ellos se tocan los siguientes temas: De la santidad, Del valor, De la amistad, De la templanza, De la poesía, De los sofistas, De la retórica, De la virtud, De lo bello (que es en el que voy), Del lenguaje, De la ciencia, De la erótica y Del alma.

Ahora bien, los interlocutores si bien me parecen presentados al lector como famosos oradores o pensadores de tremendo renombre y grandes capacidades en su tiempo, al ser cuestionados por Sócrates son más bien bobos, bonachones (en cuanto a que responden casi siempre de manera bienintencionada), y la mayoría de las veces sólo confirman o niegan según lo requieren las preguntas socráticas. Es irónica la contradicción según la cual Sócrates mismo niega varias veces que La Virtud pueda enseñarse (como se enseña a tocar la lira o a luchar o a montar a caballo), pero él mismo es un ejemplo de virtud filosófica que inspiró toda una tradición de pensadores que, de varios modos lo siguieron, superaron y llegaron aún más lejos.

Mi impresión es que: o bien Platón siguió a Sócrates por 30 años como un aferrado discípulo-secretario que tomaba notas de cada palabra dicha por el sabio, o bien Platón tenía una memoria perfecta que no dejaba escapar ningún detalle, o bien durante cada uno de los diálogos hubo quien los oyera y los refiriera, los duelos verbales se volvieron famosos y Platón sólo los recopiló y publicó, o bien los inventó él, basado en uno o dos diálogos que presenció y lo impactaron tremendamente.

Mi imaginación me lleva a pensar un método con el cual pudieron ser escritos los diálogos: Platón, en la academia, con un séquito de jóvenes y hermosos pupilos les proponía un tema a definir y designaba a dos secretarios para registrar la tertulia, luego hacían lo que hoy en día se llama un brainstorm y él cuestionaba a cada paso las definiciones ofrecidas por sus discípulos. De este modo sacaba el material que luego pondría en boca del legendario maestro ateniense. También podría ser que sólo y aislado se pusiera a reflexionar sobre los temas que le preocupaban y se objetara a sí mismo incansablemente, pero me parece más probable la primera idea que imaginé.

Ahora bien, si fue cierto aquello narrado en los Diálogos, entiendo también porqué los atenienses, temerosos de la duda y la verdad, finalmente se decidieran por la ejecución de Sócrates.

(Macabra historia para Hollywood: Platón ha seguido a Sócrates por 20 años, tiene una recopilación enorme de textos producto de su dedicación pero no le queda dinero ni para comer, así que Platón convence a Anito para que acuse ante el tribunal a Sócrates, convence además a los jueces para condenar al pobre viejo, y una vez ejecutado el sabio saca el libro "Diálogos: registros de un devoto discípulo" que se vende como pan caliente y así finalmente Platón junta suficiente dinero y prestigio como para poner su Academia y vivir tranquilo el resto de sus días. Lo sé, en ese entonces no había ni imprenta y la muerte de un personaje no desataba el furor mercadológico de estos tiempos, pero esos son los pequeños detalles que suele saltarse Hollywood...)

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