22 de agosto de 2009

Alegrísimos y picarones helenos

En su juicio Sócrates habla de dos hijos pubertos a los que dejará al ser condenado a muerte. Según él no los menciona para despertar lástima entre el jurado, sino que explica que no llevó a su familia ni a otros paleros al juicio para no influenciar en quienes lo juzgan por vía de la compasión. Obvio, lo que él quería era que los jueces siguieran sus razonamientos y tan sólo por las razones que dió lo indultaran. Obviamente no fue así, quienes lo juzgaban no le dieron la razón, esto es, no quisieron reconocerle el poder de razonar más y mejor que todos los presentes. Concluyo de esto que cuando se discute con alguien hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • Si el otro es menos poderoso y yo tengo algo que él podría querer, seguro me dará la razón incluso si digo la mayor de las idioteces.
  • Si hay igualdad de poder y el otro es mi amigo, analizará mis razones y de ser válidas las reconocerá; de igual forma las invalidará si le resultan incongruentes.
  • Si el otro es más poderoso, y siente amenazado su poder por las razones que yo le de, incluso si son válidas y expresadas con magnífica retórica las desechará como si fueran las más grandes idioteces.
Me parece extraño que Sócrates tuviera hijos, pues a lo largo del libro habla bastante explícitamente de la pasión que le despiertan algunos jóvenes hermosos, y de la que se despiertan entre ellos mismos, y de la que le despiertan a otros viejos sabios, etc. En una ocasión Sócrates incluso permanece turbado al iniciar una conversación pues su interlocutor era tan hermoso que el sabio no podía pensar con claridad. Y no vale decir, como alguna vez me sugirió mi amada "en su defensa" que para los griegos la hermosura era equivalente a una gran belleza espiritual (mente sana en cuerpo sano, alma bella en cuerpo bello, etc.), porque en otros pasajes Sócrates debate con personajes ya ancianos como Protágoras, o no muy agraciados físicamente como Teetetes, y queda encantado por el modo de pensar y expresarse dellos. Pero en realidad me parece extraño porque tengo esa prejuiciada concepción moderna y judeo-cristiana de la sexualidad.

Es decir, si analizamos el contexto griego de hace dos mil años, la única forma posible de erotismo (que es usar el sexo para el placer evitando la reproducción) podía darse entre hombres, pues con las mujeres (excepto en caso de infertilidad) tarde o temprano se produciría descendencia. Además, era una sociedad en la que aún cuando había diosas y sacerdotizas, la mayoría de los héroes y de los personajes admirables por sus actos y obras eran hombres (bueno, esto último casi sigue siendo así hoy en día, aunque ahora hay actrices, intérpretes musicales femeninas, poetas mujeres, pintoras, escultoras, científicas y filósofas). La homosexualidad manifiesta de Sócrates pues, me hacía dificil imaginar que se metiera con alguna fémina. Sin embargo, una cosa eran los placeres y otras los deberes, así que cuando llegaba la hora de reproducirse (y había que hacerlo por el bien de la propia patria) bien se podía estar en contacto con alguna que otra mujer. Todo eso visto con la mayor naturalidad del mundo y perfectamente racionalizado sin que en ese tiempo hubiese ninguna culpabilizadora contradicción al respecto. En cambio hoy en día se debe uno definir de un lado u otro (preferentemente de un lado específico) y los bisexuales son mal vistos desde ambos extremos. Me pregunto porqué hay ese velo de escándalo que lleva a risitas y bromas estúpidas en los medios masivos respecto de la sexualidad de nuestros días.

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