Recientemente vi un video en el que siguen identificando a los desaparecidos por el brutal régimen militar del malditísimo puto de Pinochet, diciéndole a los que hubieran perdido algún familiar que en bastantes casos se podrá lograr la famosa identificación, si alguno dellos dona una muestra de ADN para compararla con los muertos descubiertos hasta ahora. Lo cierto es que aunque aparecieran todos los cadáveres y fueran perfectamente identificados, aunque a todos aquellos que quedan vivos y perdieron a alguien se les diera razón de su pariente o familiar brutalmente asesinado por unos militares traidores (¿será esa su vocación?), aun con todo eso la herida debería mantenerse abierta el mayor tiempo posible. Debemos mantenerla así hasta que podamos cambiar la dirección que en el presente lleva el la humanidad o hasta que muramos todos los que queremos cambiar la situación. No debemos olvidar cómo fue que el imperio primero adoctrinó a sus agentes para el golpe eligiéndolos en universidades católicas chilenas y becándolos en la escuela de Chicago a continuación. No debemos olvidar el sueño que tanta esperanza daba a los izquierdistas del mundo entero cuando llegó Allende al poder, ni tampoco todos los beneficios sociales que se alcanzaron en Chile antes del golpe, sin que hubiera detrimento a las libertades individuales. No debemos olvidar canciones como Guantanamera, como Yo no canto por cantar, como Canción del elegido, como Vengo a ofrecer mi corazón, etc.
Es muy interesante lo que me pasa: dentro de poco tendré a una hija que proteger y educar. Podría intentar enriquecerme para establecer un cerco de supuesta seguridad inmediata alrededor della y así cumplir aparentemente de manera práctica con esos preciados objetivos. O bien podría unirme a las luchas bolivarianas y/o socialistas en pos de la mejora deste mundo en algún punto de américa del sur, con lo cual creo que tendería los mismos fines pero desde otra posición, con otra dirección, y a largo plazo.
La parte cínica de mí me dice: que de cualquier modo ya pasé estadísticamente de la mitad de mi vida, que como nací en el 76 esas guerras civiles (como la de chile 73-90) en realidad ni me correspondieron, que mejorar un mundo que se va a quedar sin ecosistema es de cualquier modo imposible, que oponerse al mercado y al capital es de utopistas ingenuos y estúpidos, que lo mejor es adaptarse y sobrevivir y cuidar solamente de los que me son cercanos. Pero la otra parte, la humanista, cuando ve videos como el que acabo de ver de los desaparecidos chilenos, me hace subir lágrimas a los ojos y se revela y me dice que no sea tan bruto, que los que ahora se regodean en las cúpulas empresariales y políticas quieren precisamente eso, que no me ocupe de nada más que de mi pequeño círculo privado; que si a poco creo que entre criminales y tiburones tendré oportunidades de cuidar a mi familia; que luchar por un mundo mejor no sólo es necesario para estar de verdad vivo sino que es importante para darle un buen ejemplo a la criatura que pronto nacerá, aunque al final, cuando nos acabemos el ecosistema perezcamos todos horriblemente como peces fuera del agua.
El golpe a Chile en el 73 fue una jugada maestra porque mataron a la esperanza misma. ¿Cómo luchar por algo si no hay esperanza?, ¿cómo pelear hombro con hombro con Chávez, con Evo, con Lula, o con Cristina, si no creo para nada en ellos?, ese es mi mayor dilema. Tendría que creerles y no puedo, no es como en el 70 que miles de europeos (como mi papá) y de todas partes del mundo, jóvenes en sus 20s llenos de esperanza y alegría, se movilizaban y unían a algún partido socialista o comunista para ir a ayudar pacíficamente a Chile, a Cuba y aquí mismo a nuestro México. Ha habido muchas traiciones. Las heridas siguen abiertas, y eso que a mí ni me tocó. La tarea verdadera en estos tiempos debería ser: hacer nacer nuevamente la esperanza, y no dejar que la vuelvan a destruir.
1 comentario:
En el proceso de esta semana Denise Dresser dice que hay que ser buen ciudadano, que hay que denunciar lo denunciable, defender al débil, etc. Hace el llamado porque parece que feCal dijo hace poco que hay que hablar bien de México, y la Dresser dice que ni madres, que si está de la chingada que hay que decir que está de la chingada.
Los izquierdismos aquellos no es que estén anticuados, más bien creo que la derecha es siempre implacable y cuenta con mayores recursos, además de una estructura organizacional que es, por antonomasia, totalitaria.
Por ejemplo, en la IP (es seguro considerar a la IP como de derecha) el jefe es el jefe es el jefe, y si no te pliegas te mandan a la chingada. Chomsky dice en el de Failed States que en efecto, la estructura de las corporaciones se asemeja a los estados totalitarios. Se recompensa la lealtad y se castiga rápidamente la rebeldía.
Estando así las cosas para tí, que está próxima a ver la luz tu hija, es comprensible cierto grado de cinismo, aunque opino que no es un acto de cinismo el no romantizar todas las luchas de izquierda, porque muchos de sus dirigentes la han cagado; muchos que han agarrado como estandarte causas izquierdistas terminan siendo cómodas comparsas de la derecha.
En cuanto a la esperanza, yo creo que cuando veas a tu hija, ya no necesitarás buscarla más...
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