9 de septiembre de 2009

Sócrates y la educación

El entrenamiento para los ciudadanos del estado ideal propuesto por Sócrates era por medio de la gimnástica y de la música. La gimnástica incluía todo esfuerzo corporal: ejercicio y perfeccionamiento de los reflejos y habilidades, lucha, equitación, tiro al arco, etc. La música incluía aquello que podía sonar melodiosamente gracias a instrumentos musicales, desde luego, pero también todo lo que entraba por los oidos, es decir: el discurso, la retórica, la palabra y of course la filosofía. Así, a los chicos nacidos en ese estado imaginario se les tenía que someter a esas dos disciplinas para forjarlos y que más adelante fueran buenos ciudadanos. Por supuesto durante ese entrenamiento se les debía poner a prueba, ya sea por medio de la adulación y del soborno; o de la presión y del miedo, y aquellos que salieran mejor parados tras dichas pruebas ocuparían los lugares más altos dentro de una categorización en tres grupos.

Sócrates menciona una leyenda del poeta Hesíodo según la cual, entrelazado en las fibras del alma de cada ser hay tres metales: oro, hierro y cobre. Los de la raza de oro deben ser gobernantes, los de la de hierro deben ser güerreros, y los de la raza de cobre son el grueso de la población, es decir los artesanos, comerciantes, etc. Ahora bien, según el filósofo, gracias a las distintas pruebas durante la preparación gimnástico-musical, se podía distinguir entre los niños quienes eran de cada raza y asignarlos a sus respectivos oficios futuros. No se pone a describir cuales debían ser las características de los de la raza de cobre pues sus ocupaciones son variadisimas (alfarero, herrero, labrador, tejedor, cocinero, etc), sino que describe en primer lugar aquellas que debían tener los miembros de la raza de hierro.

Una vez descrita dicha raza, sus interlocutores lo cuestionan respecto del uso que debía darse a las mujeres... Sócrates, siendo políticamente incorrecto para esta nuestra época, pregunta que si acaso las hembras de los perros pastores hacen cosas diferentes que los machos (además de parir a los cachorros). Creo que esa pregunta también era políticamente incorrecta para su época pero en términos opuestos de los actuales. A continuación propone que las mujeres también se entrenen en gimnástica y música, igual que los hombres, y que se las evalúe del mismo modo para determinar su valor dentro de los tres grupos. Aquellas aptas para la güerra deben ser también güerreras y acompañar a los hombres a la batalla y combatir junto con ellos. ¿Y sus hijos?

Los hijos no debían ser de una pareja o de un guerrero en particular, de hecho, los hombres y mujeres de armas en ese Estado ideal no tendrían posesiones personales, comerían en la misma mesa unos con otros, dormirán juntos en las barracas, y protegerán al Estado a cambio de ser tratados generosamente por este en sus necesidades comunes. Cuando un güerrero se juntara con una güerrera, seguro nacería algún crio entre siete y nueve meses después de dicha unión, ese niño les sería sustraido a los padres biológicos y sería educado según la norma gimnástico-musical del Estado. Los padres por lo tanto considerarían a todos los niños nacidos en el periodo en que nació el suyo como a sus hijos, y los defenderían y cuidarían como a los propios. Todos los niños aptos para la güerra (según las evaluaciones de sus maestros) irían a las batallas desde muy temprano para aprender el oficio y echar una mano en los combates, del mismo modo que el hijo de un alfarero ve lo que hace su padre y ayuda, y así, poco a poco aprende las tareas que corresponden al oficio.

Claro que a los chicos que fueran mejor calificados y se les detectara oro en su alma, se les enseñaría filosofía (pero hasta después de haber servido en las fuerzas armadas a su patria o ciudad). Pues en el Estado ideal de Sócrates los filósofos gobernarían.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

quisiera saber de la veracidad de esta fuente. debo exponer brevemente sobre este tema y esta ha sido una de las poquisimas acotaciones que he encontrado en la web, y de ser veridica quisiera utilizarla como fuente bibliográfica ( mejor dicho likográfica) SERIA POSIBLE?

persona.vitrea dijo...

Anónimo: esta "reseña" la hice poco después de leer la República, pero no deja de ser una interpretación que omite muchos detalles, por lo que considero que la mejor fuente posible es leer el libro de Platón.