22 de septiembre de 2009

Parecon - Parte 1 (20 de 48)

Diversidad

Por razones de beneficios indirectos como cuando disfrutamos de que otras personas hagan cosas que nosotros no podemos o no tenemos tiempo de hacer, y también como una protección contra poner todos nuestros huevos en una sola canasta equivocada, cualquiera coincide fácilmente que los resultados diversos y variados son generalmente mejores que aquellos homogeneos. No queremos un proyecto de inversión masiva que descarte todas las otras posibilidades sin haberlas explorado o hasta estar preparados para crear empeños paralelos en caso de que estuviéramos en un error sobre nuestra preferencia prioritaria o en caso de que haya preferencias diversas no atendidas por la opción preferida. No queremos regimentar la vida en ningún aspecto, cultural o económico.

Las personas son variadas, por un lado, y así se benefician de variadas opciones. Y por otro lado, sin diversidad existe una enorme probabilidad de que cometamos errores ilustres, recorriendo un único sendero que resulte ser inferior a otros que no supimos explorar. Entonces, si asumimos igual atención a otros valores, seguramente una economía sobresaldrá respecto a otras si al cumplir sus funciones también promueve y soporta una mayor (en lugar de una menor) diversidad. La homogeneización de gustos, trabajos, condiciones de vida, resultados materiales, y patrones de pensamiento no es una virtud.

Solidaridad

Respaldamos la solidaridad. Es mejor si las personas se llevan bien entre ellas que si se violan las unas a las otras. En dos economías que respeten y cumplan todos los otros valores que favorecemos, ¿negaría alguien que alcanzar una mayor solidaridad es mejor que lograr una menor?

Preocuparse por el bienestar de los demás como semejantes humanos es seguramente bueno. Ver a los demás como objetos que explotar o con otras intenciones hostiles es seguramente malo. Nadie que sea del todo progresista estaría en desacuerdo. Entonces claramente una economía que impulse la solidaridad al entrelazar los intereses de las personas es mejor que una economía que rinda precisamente los mismos resultados y distribuciones, pero que cree hostilidad al enfrentar a los actores entre ellos.

No hay comentarios.: