1 de septiembre de 2009

Visitar a la vanguardia y viajes en el tiempo

Mi amada y yo fuimos el domingo a comer a casa de mi tía Eli y su esposo David, quienes acaban de tener hace seis meses a una hermosa pequeñuela (bueno, la tuvo mi tía). Conversamos un rato en la mesa con David, que es físico, sobre el Gran Colisionador de Hadrones (GCH), las dimensiones espaciales extra (o sea más allá de las 3 en que nos movemos), la débil fuerza de gravedad (comparada con otras fuerzas en el cosmos), de cómo los experimentos de hoy (o de dentro de poco) en el GCH son para probar teorías de hace 50 años, por lo que la teoría física que se postula hoy en día va entre 50 y 100 años adelante de las próximas posibilidades de experimentarla y entre 300 a 600 de su aplicabilidad tecnológica-ingenieril (si es que ésta existe).

Me gustó mucho el carácter de mi nueva primita, se ve que sus papás la han observado, han deducido sus ritmos y la nena sufre poco y es muy despierta y simpática. La observación me parece un elemento fundamental para conocer y atender las necesidades de un bebé; y para observarlo hay que estar ahí. Es indispensable el tiempo a su lado, aprendiendo a hacerle sentir que no está solo(a), que nos cuidamos todos mutuamente, etc. Probablemente mi compañera y yo vayámos a algún curso para prepararnos, también porque además de la observación, un bebé, a diferencia de un adulto hecho y derecho, no es tan complicado; y seguramente hay muchísimos conocimientos al respecto que ya fueron descubiertos y condensados por otros muchos observadores perspicaces, así, nos lo pueden pasar verbalmente. Al final mi tía nos prestó una caja enorme de ropita para cuando nazca nuestra beba.

El último xkcd y su frase del viaje temporal está buenísimo. Yo, por ejemplo, he viajado hasta aquí desde 1976 para escribir esto (mwojojorgh, hoy usaré esa oración para algo con mi musa), o sea que llevo 33 años y casi 3 meses paseándome por el tiempo hasta el instante de citar al famoso web-comic. Y a esta misma edad, a estas alturas de mi viaje temporal, está por caerme del cielo una hijita (ahora entiendo la metáfora de la cigüeña) la cual también empezará irremediablemente su viaje en el tiempo junto con la dueña de mis besos y conmigo.

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