16 de septiembre de 2009

Ida al seguro social mexicano

Mi amada y yo fuimos a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social que nos corresponde un jueves a las cinco de la tarde. Ella a su segunda cita con el médico y yo a mi primera idem. Ella para dar seguimiento a su (¿nuestro?) embarazo y ver que todo estuvera bien con nuestra futura beba, y yo sólo por hacerme un chequeo de rutina y que me dijeran que estoy bien si es que estoy bien, o en su defecto que me canalizaran al especialista que pudiera diagnosticarme y curarme, si es que fuera posible curarme. Después del médico, que de hecho nos informó que todo iba bien y que estábamos bien (aunque con un poquirijillo de sobrepeso los dos) nos mandó a la unidad de servicio social para que nos dieran información respecto de los cuidados durante el embarazo.

En servicio social una trabajadora social nos habló largo y tendido del embarazo y de los cuidados con que deberíamos protegernos nosotros y a nuestra futura cria. Fácil nos estuvo echando rollo por hora y media, claro, mientras tanto nos tomaba los datos y nos hacía variadas preguntas con las que además iba llenando un documento para su archivo. Nos citó a continuación para los dos primeros lunes de octubre para asistir a unas pláticas que impartirán ahí mismo, en un horario que entra en desagradable conflicto con mis clases recién retomadas en la UNAM. Después de haber sido adoctrinados-cuestionados en el área de servicio social nos dirigimos a prevenimss, unidad del seguro dedicada a la medicina preventiva, pues nos dijeron que era importante que le pusieran a mi musa la vacuna del tétanos y que se registrara en otra unidad más cuyo nombre desglosado no recuerdo pero cuyas siglas son E.M.I. La atendieron más o menos rápido, le hicieron varias pruebas (glucosa, colesterol, etc), le pusieron su inyección antitetánica y como a las ocho de la noche estábamos saliendo de la clínica.

Dicen que uno habla según como le fue en la feria, yo había escuchado terribles opiniones respecto del IMSS, pero en nuestro caso me quedé con la impresión de que fuimos atendidos como en una clínica de primer mundo: rápido, a la primera y bien. Claro, llevamos dos visitas, no tuvimos necesidad de medicamentos, tendremos que ir muchas más veces hasta que nazca la criatura y otras muchas más una vez nacida. Así, con el tiempo y las veces tendré más bases para confirmar mi opinión actual o establecer una crítica pertinente.

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