27 de septiembre de 2009

Un drástico crescendo in lecturae

Le bajé el ritmo a Platón, es curioso, no acepto que se hable del alma inmortal cuando están hablando de los motivos para ser justo entre personas, como en La República, y me parece que bastaba el discurso del estado ideal y sus ciudadanos. Pero cuando Sócrates está hablando del amor en El Fedro me parece que ahí hablar del alma no está fuera de lugar. Ahí sí le creo cuando dice que el alma es afectada por un tipo de enfermedad pasional que puede arruinar y quitarle todo o potenciar y dar fuerza a un hombre. Decía que es curioso porque no rechazo la idea del alma en cuanto tal, sino en ciertos contextos y para ciertos fines.

Por otro lado con mi amada volvimos a empezar Baudolino en voz alta, un capítulo ella y otro yo, pero además suponemos que nuestra bebé nos escucha desde dentro de la panza de mi musa, al menos los tonos de las voces y las cadencias. Seguro que reconocerá nuestras voces de inmediato. Si fuera una niña de 10 años y yo le leyera Baudolino, de todas formas no entendería más que un porcentaje del cuento, pero eso no quita que se lo leería con gran emoción y ganas de compartir uno de mis libros favoritos. Tal vez le explicaría algunos pasajes. De hecho tengo ganas de leerle cuentos y otros textos, y de improvisar y tratar de sacarle algunas risas como le hacía mi papá conmigo cuando niño. Pero ya como ansias, todavía ni nace y ya estoy haciendo planes...

Del lado escolar se han incrementado exponencialmente mis lecturas. En Literatura española del siglo XX empezamos con Machado y la generación del 98. En Lingüística debo hacer unas lecturas de George Miller, Bertil Malmberg y André Martinet, además de la unidad uno de la guía, y elaborar un trabajo. En Metodología de la investigación bibliográfica y redacción debo tan sólo revisar la guía de estudios y hacer algunas de las lecturas. Y en Literatura Hispanoamericana del siglo XX tengo que leer a Quiroga y hacer un trabajito de máximo siete cuartillas.

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