24 de octubre de 2009

Avances y retrocesos universitarios, y avance (sólo avance) hacia la paternidad

Mis lecturas durante la semana han seguido su curso y ahora estoy ligeramente avanzado en Lingüística. Leo a Roman Jakobson mientras bosqueja y trata de definir lingüísticamente la poética. Más o menos es como decía Eco (que decía el mismo Jakobson): la producción poética es bastante autoreferencial, se trata de una sobrecodificación que pareciera no tener otro objeto que llamar la atención sobre sí misma. Estoy a 10 páginas de terminar de leer la unidad 4, mientras que en clase el maestro todavía no termina de explicar la unidad 3; Ahora sólo me falta responder a las preguntas de los trabajos correspondientes a cada una de las unidades, y entregar la tarea atrasada.

Por otro lado he estado leyendo también el manual del curso psicoprofiláctico. Creo que cualquiera que quiera tener un bebé debería tomar un curso como ese. No porque todo lo que se diga sea correcto (un botón: recuerdo una vez a la instructora diciendo que Dios no le daba hijos a los que no fueran capaces de criarlos), sino porque lo imparten personas que, al menos desde su actitud, trasmiten experiencia y seguridad, porque mantienen una postura de viejas sabias bonachonas y condescendientes que te venden su producto: "El embarazo-nacimiento-crianza es una experiencia intensísima que debe ser disfrutada, vivida y compartida por los miembros de la pareja como algo único e irrepetible".

Regresando a la escuela, no he encontrado el espacio para estudiar sobre métodos bibliográficos y el próximo lunes hay examen; ni tampoco he podido leer a Rubén Darío, Amado Nervo, César Valejo, Nicolás Guillén, Vicente Huidobro o a Borges, para la clase de letras latinoaméricanas.

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