1 de octubre de 2009

Parecon - Parte 1 (21 de 48)

Eficiencia

Por supuesto, además de la solidaridad, la diversidad, la equidad y la auto-gestión participativa, hay una norma más de evaluación que debemos tener en mente. No servirá, por ejemplo, tener instituciones económicas que promueven todos nuestros valores económicos pero que no logren que el trabajo económico se lleve a cabo. No servirá, esto es, tener una economía que no cumpla con las necesidades expresadas, o que lo haga en un grado limitado aunque entregando menos, o resultados menos deseables de los que hubieran sido posibles con operaciones más eficientes.

Pero dicho eso, el tener esos cinco valores --solidaridad, diversidad, equidad, y auto-gestión participativa, más cumplir las necesidades expresadas sin desperdiciar-- nos acerca mucho a ser capaces de juzgar a las economías. Si una economía obstruye uno o más de estos valores, en ese grado no nos gusta. Por otro lado, si una economía impulsa estos valores preferidos, eso está muy bien, sin embargo todavía debemos ver más allá para percatarnos de si hay cualquier problema que los contrarreste.

En otras palabras, los valores enunciados en este capítulo no nos llevan del todo hasta una resolución total respecto a la evaluación de las economías. Pueden ayudarnos a señalar severos fallos que deberían permitir que etiquetáramos como inadecuadas a las economías. Pero a pesar de que estos valores tratan de ser incluyentes y críticamente importantes de modo que no impulsarlos sea una crítica condenatoria, existen muchos otros valores --como la privacidad, la libertad personal, la realización artística, o incluso algo específico como el derecho a emplear a otros para obtener beneficios personales-- los cuales podrían (o no) ameritar también atención. Y podemos imaginar que nuestros valores favoritos podrían entrar en conflicto con uno o más de estos otros valores en ciertos contextos --por ejemplo, más solidaridad podría reducir la privacidad, o más auto-gestión podría reducir la calidad de los productos-- en cuyo caso alguien podría argumentar que uno de nuestros valores debería ser de algún modo sacrificado para alcanzar los fines deseables en conflicto.

La única forma efectiva de evaluar estas posibilidades de complicaciones es con más especificidad. Debemos juzgar los méritos de las instituciones económicas específicas o los tipos económicos completos. Nuestros juicios acerca de componentes económicos y economías enteras revelará las evaluaciones particulares que favorecemos, y los lectores podrán decidir ellos mismos si nuestras conclusiones son dignas de consideración o no. Para empezar, utilizaremos como valores guía la solidaridad, la diversidad, la equidad, la auto-gestión, y suplir las necesidades y desarrollar las capacidades, de forma eficiente.

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