10 de octubre de 2009

Parecon - Parte 1 (22 de 48)

Capítulo 3
Juzgando a las economías

Todos aquellos que no son lunáticos están deacuerdo respecto a ciertas cosas. Que es mejor estar vivo que muerto, mejor estar adecuadamente alimentado que hambreado, mejor ser libre que esclavo. Muchas personas desean esas cosas sólo para ellos mismos y sus amigos; están bastante contentos de que sus enemigos deban sufrir. Esas personas pueden ser refutadas por la ciencia: La humanidad se ha convertido tanto en una familia que no podemos asegurar nuestra propia prosperidad excepto asegurando aquella de todos los demás. Si tú mismo deseas ser feliz, debes resignarte a ver a otros felices también.
— Bertrand Russell
[El capitalismo] no es un éxito. No es inteligente, no es hermoso, no es justo, no es virtuoso --y no cumple lo prometido. En resumidas, nos desagrada, y estamos empezando a despreciarlo. Pero cuando nos interrogamos sobre qué poner en su lugar, quedamos extremadamente perplejos.
— John Maynard Keynes
Cuatro instituciones económicas son lugar común en los sistemas económicos favorecidos actualmente: la propiedad privada de los bienes de producción, las divisiones laborales corporativas jerárquicas, la planificación centralizada, y los mercados. Tiene sentido evaluar a cada una por sus propios méritos. Habiendo hecho eso, evaluar los tipos de las economías será fácil.

La propiedad privada

La propiedad privada de los medios de producción existe cuando individuos privados poseen los edificios, equipos, herramientas, tecnologías, tierras, y/o recursos con los cuales producimos bienes y servicios. La propiedad privada es relevante para como evaluamos una economía en tres sentidos. Por el hecho de poseer artículos particulares los dueños deciden cómo han de usarse, estipulan mayoritariamente respecto a su disposición, y acumulan ingresos debido a que ponen esos artículos a trabajar y reclaman todas las ganancias por encima y por debajo de los costos.

Las implicaciones de emplear propiedad privada para la remuneración y la toma de decisiones son por tanto bastante directas. La propiedad privada impone lo que antes llamamos la norma uno (compensación por propiedad) como un componente dominante de la distribución de ingresos. Del mismo modo, la propiedad privada le otorga a los dueños una voz desproporcionada sobre decisiones que involucran la disposición de sus propiedades incluso si otras personas son fuertemente afectadas. Así, cuando un capitalista que emplea a muchas personas decide desplazar una empresa a una localidad nueva, el impacto puede devastar a los empleados despedidos o al pueblo dejado atrás, a pesar de ello ni los empleados descartados ni el pueblo vaciado tienen suficiente influencia en la decisión. Igualmente, por tener un voto dominante respecto a cómo es organizado un lugar de trabajo el dueño tiene una influencia vastamente desproporcionada sobre decisiones que afectan cómo los trabajadores pasan sus días.

Las implicaciones de la propiedad privada para la solidaridad son en gran medida derivativas. Al separar a aquellos que poseen medios de producción de aquellos que no los tienen, la propiedad privada genera oposición. El dueño trata de extraer las labores mayores de la fuerza de trabajo tan barato como sea posible para generar el mayor producto vendible al menor costo posible, maximizando por lo tanto el lucro mientras que también se esfuerza por mantener las condiciones que les permiten a los dueños apropiarse de las ganancias. El no-dueño (trabajador) intenta incrementar su salario tanto como sea posible y tener un día tan agradable como pueda, mientras que busca agrandar su poder para demandar más y mejorar su vida económica. El trabajador por lo tanto prefiere trabajar menos de lo que el dueño desea, bajo mejores condiciones, y con un sueldo mayor. Las motivaciones opuestas de trabajadores y dueños crean conflictos que obstruyen la solidaridad.

La diversidad es afectada modestamente por la propiedad privada. Al dividir a las personas entre dueños y trabajadores, la propiedad privada crea una gran diferencia entre las dos clases pero también crea una presión homogeneizadora dentro de dichas clases.

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