En mi selección de lecturas de lingüística acabo de pasar dos textos moderadamente interesantes. Uno sobre los posibles destinos del español, o del castellano, o de la lengua que hablamos todos los que en algún momento fuimos colonia española; y otro sobre las distintas familias lingüísticas, tomadas desde el punto de vista antropológico y comparadas con elementos raciales y culturales.
La primera lectura da todos los argumentos por los cuales es previsible que el Español (o Castellano o la lengua oficial de España pues) se fragmente en por ejemplo Mexicano, Argentino, Colombiano, etc, y eventualmente desaparezca la raiz como sucedió con el Latin clásico; pero también da todos los argumentos por los que la fragmentación-desaparición, si bien nadie se atreve a afirmar que nunca sucederá, se retrasará indefinidamente. Es un poco como los apocalípticos e integrados, algunos gritan: "al lobo, se avecina la inminente, lamentable e inevitable desaparición de nuestra hermosa lengua"; mientras que otros argumentan que es más bien una transformación, una evolución, enmarcada en un vasto cuerpo literario que permite una continuidad de entendimiento entre las distintas ramas y épocas del español. La verdad es que estamos en una situación muy distinta de la que se dio cuando se dejó de usar el latín. En esos tiempos las comunicaciones eran mucho más lentas, y los pueblos estaban aislados unos de otros. Un ejemplo es Italia y sus dialectos, entre Parma y Reggio Emilia por ejemplo, ya hay grandes diferencias, y no se diga entre Nápoles y Venecia. Según tengo entendido esos dialectos se formaron debido a una necesidad de autodefensa, puesto que se la pasaban guerreando entre ellos debían distinguir a los extraños de los locales. La italiana me parece una sociedad con infinidad de lenguas en un espacio bastante reducido, es decir con una tremenda fragmentación lingüística, sin embargo existe una lengua franca nacional que es una derivación de la plasmada por Dante en su Divina comedia que unifica a casi todos los italianos. Yo me basaría en ese ejemplo para demostrar que la tendencia no siempre es exclusivamente a la fragmentación, sino que actualmente es posible promover la unificación. No digo con esto que las lenguas no se transformen, si un italiano de hoy quiesiera leer La divina comedia sin el bagaje apropiado no entendería ni pío, porque el florentino del siglo XIII tiene términos, modalidades sintácticas y elementos de estilo que ya no se usan o quieren decir cosas distintas respecto del italiano contemporáneo. Pero La divina comedia en su lengua original es más accesible para un italiano culto de hoy en día que para un francés o un ruso, con lo que sí, podemos decir que el 70% del florentino del tiempo de Dante ha muerto, pero que los hablantes de su último descendiente, el italiano de hoy en día, pueden retroceder y volver a él y entenderle bastante bien. Del mismo modo, quizá en 300 años quienes hablen español articularán vocablos y oraciones distintos de los que hoy usamos, pero podrán leer nuestros textos (de quienes vivimos en este momento histórico) y entender gran parte dellos.
La segunda lectura no fue tan interesante, pues demuestra que no hay una coincidencia entre población lingüística, cultural y racial, que varias razas y culturas hablan a veces la misma lengua, que habitantes de varias lenguas pueden pertenecer a la misma raza o la misma cultura, etc. Desbaratando así la creencia popular característica de los nacionalismos de que alguna lengua petenece a alguna raza, etc.
1 comentario:
Mi hipótesis es que, ahora que hay internet, el ritmo de mutación geográfico del idioma está disminuyendo. Y creo que poco a poco vamos a integrar términos de otros países en nuestro español mexicano y viceversa. Yo, por mientras, ya digo follar en vez del mexicanísimo "coger" y seguro gente en Argentina ya categoriza cosas como "chidas".
Mi conclusión es que mientras se siga expandiendo la integración digital, integraremos (y desintegraremos) términos de todos lados en nuestro idioma.
Or something...
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