8 de enero de 2010

Parecon - Parte 1 (32 de 48)

Dos actores o agentes se encuentran en un intercambio mercantil. Esto ocurre una y otra vez, con socios cambiando, rotando, o de otro modo variando con un patrón impredecible. Aquellos que pueden beneficiar mejor a otros pueden pedir más a cambio; aquellos que pueden acumular más de los beneficios que los intercambios ponen a su disponibilidad pueden devengar más a cambio. Ya que esos dos diferenciales entre aquellos interpretando los roles del comprador y el vendedor existen, surgen resultados diferenciados. Puesto que tener mayor riqueza confiere más ventajas, las diferencias se agrandan firmemente. Con el tiempo, por lo tanto, emergen personas que ganan sustancialmente más y personas que ganan sustancialmente menos. Puesto más formalmente, tomadas juntas las proposiciones uno, dos y tres, explican el hecho por el cual las economías de mercado subvertirán la equidad ya sea combinadas con la empresa pública o privada:

  1. Las personas tienen habilidades diferentes para beneficiar a otros y para acaparar las ganancias derivadas de la eficiencia de los intercambios mercantiles.
  2. Como establecimos el capítulo anterior, ni mayores habilidades innatas o aprendidas para beneficiar a otros ni para acaparar beneficios para uno mismo le dan al más capaz ningún derecho moral a una mayor porción de los beneficios nacidos de la cooperación económica. Sólo un mayor esfuerzo o sacrificio amerita mayores recompensas. Pero de hecho...
  3. Los mercados permitirán a aquellos con mayores habilidades de cualquier tipo cosechar mayores recompenzas económicas de las que recibirán aquellos con menores habilidades, incluso si aquellos con mayores habilidades ejercen menos esfuerzo y sacrificio. (Y cualquier esfuerzo para equilibrar esto con políticas impositivas contrarrestará la proclamada eficiencia de los mercados).
Puesto en términos más simples, en una economía de mercado el cortador de caña mas grande obtiene más ingresos que el más pequeño y debil independientemente de cuan largamente y cuan duro trabajen. El doctor trabajando en un consultorio de peluche con circunstancias cómodas y satisfactorias gana más que el obrero de línea de montaje que trabaja en un horrible estruendo, arriesgando su vida y sus extremidades, y soportando el aburrimiento y la denigración, independientemente de cuanto tiempo y qué tan duro trabaje cada uno. Ganar más debido a generar productos más valiosos aunque sea dando un menor esfuerzo y soportando menores sacrificios va en contra de los valores que establecimos en el capítulo pasado pero es una característica de la remuneración en el mercado. ¿Es esto todo lo que hay en nuestra crítica, o existen problemas adicionales de equidad?

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