18 de marzo de 2010

Ahora, museos para Loana

El sábado fuimos al Museo de antropología e historia. La cosa es cultivar a Loana desde chiquita para que cuando llegue a la adolescencia diga lo que todos los adolescentes: "museos, hay qué hueva güey" (claro, con la terminología de su generación); pero que lo diga con conocimiento de causa, habiendo recorrido cientos de veces desde la más temprana edad cuanto museo exista en la capital mexicana, así como en otras megalópolis del mundo (soñar no cuesta nada).

En esta ocasión no había ninguna exposición itinerante o interesante, de las que luego traen para incrementar la audiencia. Estaban las exposiciones permanentes de costumbre, para turistas alemanes o franceses de la tercera edad, y si bien había gente recorriendo las salas la explanada estaba semivacía, la fuente apagada, y se sentía por la actitud de los vigilantes que el día había estado flojo. Yo disfruté de la sala teotihuacana, así como de la que explica cómo se fueron implantando, asentando y floreciendo las distintas semillas de civilización a lo largo y ancho del territorio ahora denominado México --antes de que entre los distintos pueblos se depredaran, y antes-antes de que llegaran los españoles a conquistar*--. Loana iba en su carriola plácidamente dormida, mientras mi amada recorría a prisa todas las demás salas con cámara en mano buscando motivos y elementos para su nuevo logo.

Hace menos de un mes llevamos a nuestra pequeñuela al Museo de arte moderno, y en esa ocasión, cuando la paseamos frente a las micropinturas de Remedios Varo, estaba atentísima cual crítico profesional de arte. Bueno fuera que se le quedaran estas experiencias.

* Es curioso que el término conquistar se use tanto para: Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc; como para: Lograr el amor de alguien, cautivar su ánimo. Como si exterminar parcial o totalmente a los nativos de algún lugar fuera equivalente a hacerse querer...

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