Pero hay una razón en particular por la que la libertad para modificar es crucial respecto a la documentación de software libre. Cuando la gente hace valer su derecho a modificar el software, y agrega o cambia sus características, si son concientes cambiarán también el manual; de forma que puedan proveer documentación precisa y utilizable junto con el programa modificado. Un manual que prohíbe a los programadores ser conscientes y terminar el trabajo, o más precisamente, les requiere que escriban un nuevo manual desde el principio si cambian el programa, no cumple con las necesidades de nuestra comunidad.
En tanto que una prohibición total a las modificaciones es inaceptable, algunos tipos de límites al método de modificación no son un problema. Por ejemplo, está bien: preservar la información sobre derechos de autor, las condiciones de distribución, o la lista de autores. Tampoco es un problema requerir que las versiones modificadas incluyan advertencias de que fueron modificadas, incluso que secciones enteras no puedan borrarse o modificarse, siempre y cuando estas secciones traten asuntos que no sean técnicos (Algunos manuales GNU las tienen).
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