Durante el periodo de semana santa estuvimos en alerta roja en casa porque anunciaron que harían reparaciones en el sistema de abasto de agua Cutzamala y nuestra guarida está en una de las zonas que según esto iban a ser de las más afectadas por la carestía del líquido vital. En el edificio en que vivimos hay una sisterna de buenas dimensiones por lo que no tuvimos problemas, pero por si acaso mi amada previno posibles desastres de desabasto y compró y rellenó con anticipación unos bidones de 80 litros, los cuales hemos ido vaciando para limpieza y otras tareas domésticas tras concluir la angustiante emergencia.
Al final gracias a un artículo de prensa que tuve que buscar, me enteré que terminaron las obras de mantenimiento antes de lo previsto, pero no sé ni cual es el estatus actual, ni si habrá más interrupciones al suministro próximamente, ni casi ningún otro detalle... y mi ignorancia al respecto no se debe a falta de interés, porque he buscado más información, sino a que los medios masivos no suelen propagar noticias en las que todo salió según lo planificado.
Así que se me ocurrió lo siguiente: ¿Que pasaría si se televisaran, si se hiciera una especie de reality shows, con cobertura de días (los que duraran los eventos), de las reparaciones críticas de la ciudad? Omitamos la respuesta obvia de que nadie vería esos programas por aburridos, porque además, dado el suficiente amarillismo creo que muchos estarían pegados al televisor dando seguimiento al drama del que también ellos forman parte.
Supongamos que por ejemplo lo del Cutzamala se hubiera anunciado como un evento con un 40% de riesgo de salir mal, con lo que se hubiera puesto en peligro indefinidamente el suministro de agua a toda la capital, pero impostergable porque de no llevarse a cabo el riesgo de desabasto hubiera sido del 70%. A continuación que se anunciara la cobertura en vivo del drama urbano: "vea, las reparaciones al sistema Cutzamala, no se pierda este momento crítico en la vida de la ciudad de México, etc".
Finalmente, que se hiciera un programa entretenido en el que se intercalaran momentos críticos en que maquinaria pesada colocara tubos gigantes en su lugar y equipos de hombres conectaran entre sí dichos tubos sin descanso, con entrevistas a participantes de distintos niveles (obreros, ingenieros, personal de logística, transportistas, vecinos del lugar, etc), con explicaciones dadas por expertos acompañadas de maquetas y gráficos de computadora, todo dirigido por un conductor (o grupo de conductores) que le pusiera el suficiente dramatismo al desarrollo de la acción. Tal vez hasta con un problema planificado (un tubo roto por un accidente, gente corriendo, gritos de pánico, angustia por la espera de la refacción por llegar...), para que los televidentes se emocionaran y subiera en ciertos momentos el rating, etc.
Al final final final, el conductor agotado cantaría las glorias de la administración del defe, de cada nivel de la cadena de mandos, de las decisiones acertadas, y daría gracias a Dios porque todo salió bien. Con uno de estos programas que tuviera suficiente éxito entre la audiencia local (y entre la del interior, con trasmisión vía youtube), se podría vender publicidad y hacer redituable el concepto.
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