15 de junio de 2010

Acabados los vértigos

Terminé el de Vertigine della lista, después del capítulo sobre las enumeraciones caóticas referido en el anterior post de lecturas, viene el de Los catálogos de los medios masivos (Gli elenchi dei mass media), que suelen tener como finalidad demostrar una opulente abundancia, un etcétera de abundancia. Es un capítulo sin citas textuales, pero con muchas citas visuales.

El antepenúltimo capítulo se titula Listas de vértigos (Liste di vertigini), en el que se menciona a varios estudiosos, matemáticos y filósofos del lenguaje que intentaron explorar las posibilidades cuantitativas de las lenguas. Esto es: ¿cuántas palabras se pueden hacer con un abecedario de x número de letras?, y los números brutos son astronómicos (ya depurando, con palabras totalmente pronunciables y de una longitud sensata se reducen ligeramente), si a eso le añadimos que se pueden combinar tantas palabras como se desee al hacer una oración, los resultados comparativos arrojados nos dicen, por ejemplo, que aunque leyeras (estimado lector) mil páginas diarias, te tardarías unos 20mil millones de años en leer el compendio de todas las palabras y/o oraciones y/o combinaciones de frases posibles.

El penúltimo capítulo habla de cómo es que hay listas poéticas que se vuelven listas prácticas (pensando nuevamente en la clasificación de los animales borgianos, se vuelve una lista práctica si se trata de recordarla con exactitud para poder citar correctamente a Borges); y de listas prácticas que se convierten en listas poéticas, como antiguos catálogos del tipo de la lista de los libros de Teofrasto (372-287 a.C.)en su mayoría desaparecidos o nunca escritos, mencionados por Diógenes Laercio (180-240 d.C.), que son la delicia estética de algunos especialistas.

Al final final, en el último capítulo, Umberto Eco habla de listas que se autoinvocan, y me dio la impresión de que ya estaba hablando de mi campo de trabajo, el capítulo se titula Una lista non normale, y dice por ejemplo que una lista normal es como la 'lista de todos los gatos', en la cual los elementos a los que hace referencia (los gatos) están claramente delineados y son un conjunto en el que no entra la lista misma, pero si por ejemplo, se tuviera: la lista con todas las listas, o el conjunto de todos los conceptos, en el primer caso habría recursividad en cuanto a que dentro de las listas enumeradas debe estar también la lista de las listas, y lo mismo para el conjunto de todos los conceptos, pues tal conjunto también es un concepto.

Pero hay un error lógico, un arreglos de arreglos que se contuviera a sí mismo entre los arreglos contenidos, generaría un loop que se incrementaría ad infinitum hasta hacer tronar cualquier procesador que estuviera calculándolo... En mi mente, sin embargo, yo puedo imaginar la lista de todas las listas, con la misma lista en cuestión como uno de sus elementos, sin que eso me abrume ni me noquée.

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