11 de junio de 2010

independencia responsable

Me percato de que la paternidad me ha cambiado, y mucho. O bueno, lo que pasa es que yo solía pregonar a favor de la independencia y la individualidad a ultranza, y de hecho sigo haciéndolo, sólo que ahora creo que hay que conservar la propia independencia de manera cuidadosa y responsable. Lo digo porque hace poco, viendo la repetición de una desas telenovelas para adultos del once, la de Bienes raices, me escandalicé porque una de las protagonistas con dos hijos hermosos y un esposo alivianado y bonachón, va y se mete con un profesor de arquitectura super demandante. Mi turbación fue primero con el personaje del amante, valiéndole madres la vida de la protagonista y que tuviera hijos (mi foco de escándalo son los niños, el esposo es lo de menos) anda ahí ligándose a la chica de un modo totalmente egoísta e inescrupuloso; nunca hay un "¿y cómo están tus hijos?", o un "conmigo no les faltará nada si te vienes a vivir acá", no señor, es todo yo, que si te extraño, que si te deseo, que si te necesito, que si quiero verte, etc. Supongo que me veo en retrospectiva, hace algunos años, cuando llegué a hacer algo similar: desinteresarme por completo del contexto de con quien salía, buscando simplemente mi satisfacción y la de mi amante, sólo que ahora lo repruebo. Pero en segundo lugar la protagonista, que evidentemente sufre confusiones y remordimientos, que sabe que está actuando de modo poco conveniente, pero que a pesar de todo es "arrastrada" por el enamoramiento y los clichés del profesor de arquitectura, y cae en sus brazos. En fin, me parece que poner en riesgo así a sus hijos es de una inconcienca enorme. Pero igual pensaría si fuera el esposo el que anduviera de coscolino. Sí, todos somos dueños de nuestro cuerpo y cada cual debe decidir, y en la decisión de acostarse con alguien no hay nada de malo en sí. El problema, como bien le decía William de Baskerville a Adso, es la circunstancia en que se encuentra uno. Hay situaciones en que una decisión que no tiene nada de mala en sí misma, puede resultar en una catástrofe y destruir estructuras muy delicadas que han tomado años en fraguarse, y es ahí donde creo que se debe actuar de manera responsable.

Por otra parte, las protagonistas desa serie, que tienen un despacho de bienes raices, en lugar de dedicarse a vender y comprar como debía de ser, se dedican a componerle la vida a sus clientes. Platican con ellos, los disuaden de comprar o vender cuando creen que la venta o compra les causará problemas personales, perdiendo así jugosas comisiones y oportunidades, de modo que si en lugar de una novela aspiracionlasona fuese una empresa de la vida real ya habría quebrado. Bah, todo por anteponer el chisme, la vida íntima de los personajes, a la verosimilitud.

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