7 de junio de 2010

Crecimiento infantil y auto-temores

Loana es cada día más rápida con las manos, en un santiamén te arrebata los objetos que por algún error de cálculo dejas a su alcance (o si no logra agarrarlos los tira del manotazo). También, se pone a llorar en cuanto algo la contraría, si quería estar sentada o en brazos, y la acuestas es de esperarse que proteste enérgicamente, creo que porque ya sabe bien lo que quiere. Usa sus manitas para dar caricias cavernícolas, esto es, acerca su manita a tus labios por ejemplo, y cuando los tiene en la palma de la mano aprieta los deditos y te clava las uñas dolorosísimamente. Ha empezado a dar palmaditas o a rasguñar sobre las superficies que tiene cerca, y le ha dado por dormir de un lado, y voltearse velozmente hacia el otro, y así estar girando por la cuna hasta quedar en lugares inauditos de la misma. En los momentos apacibles sonríe, y juega, y platica en su lengua bebé, y de repente hasta se carcajea con algunos movimientos inesperados. Ya avisa de modo más exacto (o bueno, tal vez es que ya la conozco mejor) cuando necesita que le cambien el pañal. Total que me fascina cuidarla y estar con ella y leerle y cargarla y ponerla sobre mis hombros y prepararle-darle el biberón o la papilla. Cuando tiene hambre y le acercas la mamila o la cuchara se avalanza sobre la comida. En varias ocasiones me ha arrebatado el plato para comer directo de él, metiendo las manos que después van a manchar su ropa o su sillita. Total, está más despierta cada vez, y más hermosa y más chillona y más risueña.

Por otro lado, el otro día me desperté con migraña, y tos, y cada que tosía me dolía horrible la cabeza, fui por unos analgésicos súper potentes y la cholla dejó de dolerme, pero sigo con tos. La cosa es que entre que conseguí los analgésicos y que me hicieron efecto, empecé a temer muy seriamente por mi salud, y a imaginar una escena como en un capítulo del Dr. House en que a una chica joven le descubren cancer pulmonar avanzado (sin que siquiera fumara) y le dan tres meses de vida.

Desde ese día el fantasma de alguna muerte prematura por alguna enfermedad fulminante me ha rondado, por lo cual debería de a) dejar el tabaquismo, y b) irme a checar por completo para desvanecer las angustias que a veces me llegan. Me imaginé con todas mis ganas de educar y ver crecer a mi beba, y con la repentina noticia de que me quedaba poco tiempo por vivir. Brrrrr, qué horrible, y yo con la política de no rechazar, por más tremendo que sea, ningún pensamiento; de dejar que todos mis miedos y tabús se me presenten y me muevan, según yo porque si los dejo entrar hasta donde quieran ellos a su vez me dejarán en paz. En fin, debo checarme, debo saber si mis expectativas de vida son largas o cortas (siempre que no se me atravesara alguna catástrofe natural o alguna persona despiadada).

No hay comentarios.: