1 de junio de 2010

Parecon - Parte 1 (48 de 48)

Una nueva visión


La economía participativa o "parecon", tiene como componentes medulares institucionales y organizacionales a los siguientes:
  • propiedad social en lugar de privada
  • asambleas anidadas de trabajadores y consumidores, y conjuntos de labores balanceados en lugar de organización corporativa del trabajo
  • remuneración por esfuerzo y sacrificio en lugar de por propiedad, poder, o productividad
  • planificación participativa en lugar de mercados o planificación central
  • y auto-gestión participativa en lugar de mando de clases.
Tomadas juntas las estructuras enlistadas definen la economía participativa como un modelo económico separado y nuevo --uno que creemos que cumple con nuestras normas de una buena economía.

De nuestra discusión previa de las economías, de las variadas instituciones económicas, y los variados sistemas económicos, ya sabemos que en una economía deseable cada trabajador y consumidor debería tener igual acceso a la información respecto de los efectos sociales totales de las acciones propuestas sobre de ellos mismos y a lo largo y ancho de la economía. Ellos deberían influir sobre las decisiones en la proporción en que las decisiones los afecten. Deberían compartir los éxitos mutuos así como sufrir las mutuas adversidades de modo que las funciones diarias de la vida económica mejoren la solidaridad en lugar de que destruirla. Los incentivos, información y circunstancias de una buena economía deberían impulsar la empatía y el cuidado mutuo. Las actividades económicas de una buena economía deberían diversificar las oportunidades y los senderos que pueden elegir las personas, en lugar de homgeneizarlos. Los trabajadores de una buena economía deberían ser remunerados justamente por sus labores de acuerdo con el verdadero esfuerzo y sacrificio que dedican en nombre del producto social, o, si no pueden trabajar, de acuerdo con los promedios sociales y las necesidades especiales. La división laboral de una buena economía debería respetar e impulsar las diversas preferencias de las personas al mismo tiempo que promueve la solidaridad y facilita la auto-gestión. No debería producirse la división de clases, ya sea por propiedad o por circunstancias diferentes de producción o consumo. Teniéndolo todo en cuenta, una buena economía debería lograr las funciones económicas centrales y cubrir las necesidades de las personas y desarrollar sus potenciales de acuerdo con nuestros valores destacados sin malos efectos sobre otros valores a los que también atesoramos.

En la parte II, por lo tanto, describiremos la economía participativa, enfocándonos en las instituciones que la definen y sus implicaciones hacia los trabajadores y consumidores. En las partes tres y cuatro del libro exploraremos las circunstancias en la vida diaria dentro de una parecon y abordaremos las críticas al modelo.

Describir un sistema económico completo paso a paso es un poquito problemático: medio puente colgante es inútil; lo mismo pasa con medio sistema económico. Los nuevos significados y viabilidad de cada parte de una buena economía sólo puede ser totalmente evidentes cuando tomamos en cuenta sus interacciones con las otras partes de la nueva economía. Así, mientras lees el resto de este libro, por favor ten en cuenta que ocasionalmente, y por necesidad, hablaremos de algunas características que no serán descritas totalmente sino hasta después. Cada capítulo en la siguiente sección explicará sólo parcialmente el significado y las implicaciones de lo que es presentado. La claridad completa sólo llegará cuando podamos situar cada nueva estructura en relación adecuada con todas las otras nuevas características. Por favor termina todos los capítulos y ve las implicaciones mutuamente dependientes de todas las partes que componen el modelo antes de juzgar en su totalidad a cualquiera de ellas.

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