12 de noviembre de 2009

No duermo. Más sobre la ocupación de mi cotidianidad

Ahora que Loana entro a mi vida y a la de su mamá, mi amada compañera, tan de lleno que es prácticamente mi única ocupación fuera del trabajo, he dormido poco y fragmentadamente, he andado con sueño durante el día, he llegado tarde al trabajo y hemos recibido una procesión de visitas de familiares y amigos que peregrinan diariamente para ver nuestro greal, para ver a nuestra sagradísima reliquia, a nuestro tesoro, a nuestra maravilla de maravillas. Y los peregrinos se quedan arrobados, embobados, igual que nosotros sus papás, ante un milagro tan grande y evidente.

Para las visitas, cuando vienen por primera vez, tenemos unas muñequitas con un chocolatito pegado de regalo; normalmente les invitamos café o agua de sabor, a veces algún panecillo o también galletas. Todo en platos y vasos desechables, pues con la atención que le debemos a nuestra pequeñuela ni nos pasa por la cabeza el tener que lavar secar y acomodar trastos de más. De hecho, al teminar este post regresaré al lado de mi musa para que juntos prosigamos cuidando a nuestra mininena. Es curioso, escribo sobre ella pero no quiero subir o publicar ninguna foto suya, y eso que le hemos tomado unas cuantas, por paranoias citadinas, por que no vaya a ser que quieran echarle un hechizo, porque no vaya a ser que lleguen malas vibras de alguien envidioso, etc.

Es una niña hermosa y ya me tiene completamente enamorado. Comparte con su mamá mi corazón.

No hay comentarios.: