2 de noviembre de 2009

¿Cuestionario o entrevista? cuestión de cambiar de tono

He seguido leyendo casi exclusivamente sobre lingüística en la selección de lecturas para la materia del mismo nombre. En mi lectura ya rebasé, creo, lo que razonablemente puede verse en un curso básico de universidad abierta, ya que el tema es amplísimo, ha sido abordado por lumbreras de todo el siglo veinte, se ha bifurcado fecundísimamente, sigue habiendo investigación al respecto, y sólo hay cuando mucho 20 clases de una hora por semestre. Es decir, ya voy en la unidad siete de la selección de lecturas, y la última vez que tuve clase íbamos en la unidad 3.

Ahora bien, leer no es lo único que hay que hacer, además hay que ir a clases y entregar los trabajos. Los trabajos son cuestionarios que deben ser respondidos ampliamente, o al menos tan ampliamente como lo permitan las lecturas de la selección de idem. Hay un cuestionario por unidad, y en teoría debía de haber entregado ya los tres primeros pero apenas estoy por acabar el primero dellos. Ahora bien, como ya avisé en otro post, esos cuestionarios saldrán aquí en el blog, pero como no me gusta el tono profesoril choro-estricto de las preguntas, lo modificaré y quedará como una entrevista, como cuando un entrevistador busca que un profesor de renombre o un gran sabio le compartan de su conocimiento. Es decir serán preguntas que (casi casi) suplican la respuesta del interlocutor.

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