¿Qué hay de la diversidad? Por un lado, al meter por fuerza a las personas en clases y presionar conformidad hacia dentro y confrontación entre las clases, las divisiones laborales jerárquicas reducen la diversidad dentro de las clases e imponen diferencias dañinas entre ellas, ninguna de las cuales es una característica postiva. Pero si vamos más allá y observamos los puestos mismos, el caso es más lúgubre. Si los puestos son creados combinando un conjunto de tareas que son internamente similares entre sí en sus efectos sobre la calidad de vida y el empoderamiento, podemos predecir razonablemente que la mayoría de los trabajos serán menos diversos en sus atributos que si los puestos fuesen creados combinando un conjunto de tareas variadas (pero compatibles) de modo que el impacto global del paquete en la calidad de vida y el empoderamiento fuese un promedio. No se requiere de un análisis exhaustivo por lo tanto para darse cuenta si una división laboral jerárquica entregará una mayor diversidad en una jornada laboral que una división no jerárquica. Para cerca del 80 porciento de la fuerza de trabajo, la diferencia es entre tener un empleo que tiene sólo tareas repetitivas y tener un empleo con algunas tareas repetitivas pero algunas tareas conceptuales, o entre tener un empleo que sólo tienen tareas tediosas y tener uno que tenga algunas tareas tediosas pero también algunas tareas atractivas.
¿Podemos resumir esta breve inspección? ¿Son las relaciones de producción jerárquicas consistentes con las metas de una economía participativa y equitativa? Claramente no los son, por razones obvias para la mayoría de los trabajadores aunque obscuras para muchos economistas. Si el trabajo de alguien es mecánico e irreflexivo disminuirá su autoestima, su confianza, y sus habilidades de auto-gestión. Por otro lado, si el trabajo de alguien es emocionante y retador, ampliará sus habilidades para analizar y evaluar alternativas económicas. El trabajo jerárquico deja huellas distintas en las personalidades. Para aquellos en la cima, produce un punto de vista inquisitivo y expansivo. Para aquellos de la base, les deja un punto de vista acongojado y auto deprecado, o les induce enojo. La confianza o las dudas de las personas, y su inteligencia o ignorancia derivan todas, en parte, del tipo de actividades económicas que emprenden a diario. Mediante arreglos jerárquicos, muchos ciudadanos capaces entran a la industria sólo para ejercer poca influencia y hacer exclusivamente un trabajo aburrido. Aquellos pocos que progresan hacia puestos más satisfactorios y de mando, generalmente tienen jornadas de trabajo más libres y mayor tiempo para pensar que aquellos que permanecen en el fondo. Cada ascenso incrementa el poder inmediato, mientras las habilidades y la información de los beneficiarios les dan ventajas para entrar en competencias futuras. No sólo esto los llevará a oportunidades dispares de participación, sino que las relaciones corporativas de producción también les generarán remuneración. Las personas que ocupan las posiciones favorecidas en las jerarquías productivas se apropiarán de condiciones de trabajo más placenteras y mayores oportunidades de consumo que aquellas que se pueden permitir sus subordinados. Y este será el caso independientemente de si la jerarquía se basa en diferencias de propiedad privada o en diferencias en el acceso a la información y las oportunidades de toma de decisiones, o en ambas.
6 de noviembre de 2009
Parecon - Parte 1 (25 de 48)
Etiquetas: estrategia - Publicó persona.vitrea a las 09:00
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