28 de noviembre de 2009

Por qué el opensource no agarra la onda (5 de 12)

La definición oficial de «software de código abierto» (publicada por la Open Source Initiative y muy larga para citarla aquí) se derivó indirectamente de nuestro criterio para el software libre. No es la misma, es un poco más imprecisa en algunos aspectos, así que sus partidarios han aceptado algunas licencias que nosotros consideramos inaceptablemente restrictivas hacia los usuarios. Sin embargo, está suficientemente cerca de nuestra definición en la práctica.

Sin embargo, el significado obvio para la expresión «software de código abierto» --y mucha gente parece pensar que eso es lo que significa-- es: «puedes ver el código fuente». Ese es un criterio mucho más laxo que la definición del «software libre», y es mucho más débil también que la definición oficial del «código abierto». Esto incluye muchos programas que no son ni libres ni de «código abierto».

Dado que ese significado obvio de «código abierto» no es el que sus defensores pretenden, el resultado es que mucha gente malentiende la expresión. De acuerdo con el escritor Neal Stephenson, "«Linux» es software de 'código abierto', lo que significa simplemente que cualquiera puede obtener copias de los archivos de su código fuente". No creo que él buscara deliberadamente rechazar o cuestionar la definición «oficial». Creo que simplemente aplicó las convenciones de la lengua inglesa y así deducir un significado para la expresión. El estado de Kansas publicó una definición similar: «hacer uso de software de código abierto (OSS, por sus siglas en inglés). El OSS es un tipo de software del cual su código fuente está gratuita y públicamente disponible, aunque los acuerdos específicos de licenciamiento pueden variar respecto de lo que uno tiene permitido hacer con ese código».

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