Estirando la quincena

El domingo fui a resurtirme de pañales, toallitas limpiadoras, agua purificada y fórmula, las compras que deberían alcanzarme para todo el mes me salieron arriba de cuatro-mil-pesos... Con lo que prácticamente ya se me acabó la quincena. O bueno, lo que queda debo estirarlo hasta el siguiente mes, ya que con mi salario de principios de mes pago la renta y el teléfono. En realidad lo que debería estirar es mi capacidad para ejecutar proyectos externos al trabajo, para lograr tratos, y para cobrarlos. Parece que hay unos en puerta y Alá y la Cuatlicue quieran que se concreten.

En la chamba mientras tanto, estamos a punto de entregar el portal web de exa: "la cadena de radio juvenil más escuchada en el mundo de habla hispana", con un administrador en el que se puede dar de alta toda clase de contenidos, desde textos e imágenes, hasta podcasts y videos. Y dichos contenidos salen ordenados en el frontend según el estilo que nos pasó uno de los directivos a quien le fascina el diseño gráfico. Una vez entregado, posiblemente tenga algo de tiempo libre para dedicarle a los otros proyectos, aunque quien sabe, pues se nos viene encima el desarrollo de otro portal para otra estación de radio del mismo corporativo.

La neta me gusta hackear y aprender de mis compañeros, mucho más habilidosos que yo, pero dispuestos a compartir y demostrar fanfarronamente sus enormísimas habilidades.