4 de julio de 2010

Que bueno que se acabó el mundial

Como le sucedió a casi todo el mundo, las últimas semanas he seguido con cierto interés el Mundial de futbol, o sea, en la oficina no sólo dejaron que se usaran salas de juntas y auditorios para ver los juegos de la selección, sino que además dieron botanas y refrescos a los empleados que fueron a ver los partidos, y claro, el personal tenía permitido dejar sus labores durante esas dos horas. Y aunque yo no fui a convivir ni a ver en pantallas enormes los ridículos que hacía México en la cancha, por internet vi los goles, y me hice de mi equipo mascota favorito y me divertí con las esperanzas rotas de la mayoría de mis patrioteros conciudadanos mexicanos. Me encantó el comentario del Astillero cuando dijo que regresamos del México del "sí se puede" al del "ya ni pedo", así como las secuelas ardidas de los que festejaron que Alemania humillara a Argentina, y "le cerraran la boca al Maradona".

Sentí algo de lástima por Maradona y la afición argentina, porque a diferencia del vasco Aguirre y de quienes manejan el negocio del balompié mexicano, el técnico argentino sí ama a su equipo, ama al deporte de las patadas y al país del que salió, y tenía a las estrellas futboleras más grandes del mundo y la esperanza de disputar el trofeo en la final. Ahora sé que lo más probable es que el campeonato se lo lleve un equipo noreuropeo, y también que muy pocos en México tienen verdaderas ganas de ver esa final. Por mi parte, ya terminó mi fiebre balompédica hasta dentro de cuatro años, y gracias al olimpo volveré a mi desprecio por los aficionados de hueso colorado que ven todos los partidos locales y foráneos que pueden, y los fines de semana se dedican a ver el futbol. Una de las cosas buenas de que Loana sea niña es que las probabilidades de que se vuelva superfan futbolera y me pida que la lleve a los estadios a ver los partidos son mucho menores que si fuera niño. En fin, una vez cada cuatro años, no hace daños :-P.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ganó España que como bien dijo el técnico Alemán "tiene muchos Messi".

Argentina sólo tenía a Messi y llego al mundial de pura suerte (como México). Con muchas ganas, pero nada impresionante.

¿Fanáticos del fútbol? Oscar Wilde, Jorge Luis Borges, Juan Villoro, Albert Camus, Evgueni Evtuchenko. "La mayoría de los escritores de América Latina somos futbolistas frustrados", Eduardo Galeano.

El desprecio es sólo falta de humildad e ignorancia.