31 de julio de 2010

Más dentición y reivindicación cornabovina

Loana ya tiene cinco dientes, los dos incisivos centrales de abajo fueron los primeros en salir, luego los dos de arriba, los cuales se tardaron mucho y la hicieron estar inquieta, impaciente y molesta por al menos un par de semanas. Hace como dos o tres días me di cuenta que el incisivo lateral derecho ya brotó, aunque del izquierdo aún ni sus luces, o bueno, ya tiene la encía hinchadita, pero nada que se le ve inminente ni a punto de, ni nada.

Hace dos semanas que fuimos a Cuernavaca, me quejé amargamente de un montón de detalles del viaje, de no haber regresado el mismo día, del hotel, etc. Ahora debo mencionar, para hacerle justicia a lo rescatable, que el clima estaba riquísimo, hizo calor pero no era sofocante, y por la tarde refrescó un gran aguacero delicioso. Loana estaba fascinada, el clima cálido le gustó mucho, se veía animada y alegre casi todo el tiempo; comió bien, convivió con sus sobrinitos, con sus primos y sus tíos, la cargó todo el mundo, y ella siempre aceptó de buen grado y contenta. Por primera vez desde que nació, creo, durmió toda la noche de corrido (y desde entonces no ha vuelto a suceder), y se despertó a la mañana siguiente de buenas y tranquila. Total que si no fuera porque ahí en Morelos se la pasan escabechándose entre narcos y llevándose entre las patas a civiles inocentes (y también, si contara con los recursos económicos), pensaría en irme a vivir para allá y en llevarme a mis musas a disfrutar junto conmigo de la eterna primavera.

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