10 de septiembre de 2010

El miedo normando

En Asterix et les Normands, estos últimos llegan a la costa gala donde está el pueblo irreductible en el que viven los héroes de la bande dessinée, en busca del miedo, sensación desconocida para aquellos terribles guerreros nórdicos. Tan desconocido era el miedo que hasta había mitos al respecto, y uno en particular sumamente ambicionado por el jefe de los normandos era: el miedo te da alas. Con lo que, pensaba el jefe normando, si uno tiene miedo puede volar, y si puede volar puede ir a visitar el Valhala, y cosas por el estilo. Así que llegan a las Galias en una expedición científica, quieren que se les explique qué es el miedo, y que se les enseñe a tener miedo (para poder volar).

Al mismo tiempo, el sobrino de Abraracourcix, jefe del pueblo: un joven cobarde llamado Goudurix, es enviado por su padre desde Lutecia (París) de vacaciones a vivir un tiempo con su tío para que los irreductibles galos lo hagan más hombrecito. Obvio, los Normandos capturan a Gourdurix, y le exigen que les enseñe a tener miedo, conocimiento que por misteriosas razones es imposible de transmitir por parte del miedoso. Los normandos se impacientan y amenazan con aventarlo de lo alto de un precipicio para que les haga una demostración de vuelo, pero antes de que lo hagan llegan Asterix y Obelix a rescatarlo. En el transcurso Asterix se entera de lo que buscan los Normandos, y manda por Assurancetourix, el bardo del pueblo, y lo hace cantar frente a los guerreros extranjeros. El resultado: pavor entre sus filas pero sin que ninguno dellos pudiera volar.

Tras leer el hilarante libro me quedé pensando sobre conocimientos imposibles de transmitir por medio de algún maestro experto en el tema, y creo que las sensaciones no son enseñables, pueden contagiarse o inspirarse o provocarse, pero no enseñarse. Es como si fuera con un maestro para que me enseñara cómo amar, o cómo odiar, o cómo ser valiente, y aunque dicho maestro pudiera explicármelo, seguro no entendería muy bien sino hasta experimentarlo.

Por otro lado, en el de La doctrina del shock de Naomi Klein, se describen unos procesos de tortura y eliminación de la personalidad y del yo, que no sólo me dieron mucho miedo como lector (y posible víctima de la CIA, como cualquier habitante del planeta), sino que seguro cuando los pusieron en práctica provocaron terror entre los torturados. Así, provocar el miedo no es difícil, ya sea hay que tener a un bardo francés (o más bien galo) a la mano, o practicar atrocidades. ¿Que se debe hacer para provocar amor?

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