9 de septiembre de 2010

¿De verdad?, ¿todos todos todos?

Quejándome con una amiga derechista (que evidentemente votó por Calderón y por lo mismo se siente comprometida a justificar todas las barrabasadas pinoleras) sobre la deplorable situación del país en la actualidad, ella opinó que no, que todo estaba bien, que nuestro presidentazo está haciendo las cosas bien (y mejor imposible) con su guerra contra el "crimen organizado", que ahorita van a darse muchos asesinatos y violencia hacia "supuestos inocentes" pero que eso es normal por el cochinero que de por sí "había"(sic), y que poco a poco las cosas se irán asentando y México mejorará sustancialmente. ¿supuestos inocentes? pregunté, "sí, porque todos tienen cola que les pisen" me respondió. Iba a preguntarle si Alejandro Gabriel de León de 15 años, asesinado por elementos del ejército cerca de Apodaca, N.L. junto con su padre, también tendría cola que le pisaran, o si los otros niños asesinados en un retén en el norte hace unos meses también tendrían una extensión del coxis aplastable con un pie, pero en ese momento llegamos al departamento y me ocupé en cambiarle el pañal a Loana. De cualquier modo, sé lo que me hubiera respondido, ese famoso dicho de: no se puede hacer una omelette sin romper algunos huevos, o algo por el estilo.

De repente me da coraje ese derechismo radical en personas que como sea están jodidonas económicamente, porque mi amiga no es que tenga millones en una cuenta en Suiza que defender de las salvajes huestes izquierdistas como para que argumente tan radicalmente a favor de medios y formas que evidentemente (al menos para mí) están equivocados. Igual en otra ocasión alegaba que qué bueno que habían cerrado Luz y Fuerza del Centro, y que ojalá los ex-empleados se quedaran todos en la calle y nadie les diera nuevamente trabajo... Todo porque algunos de los trabajadores de la extinta compañía gubernamental, los cuales llegaron a tratar con ella, eran unos déspotas imbéciles. Como si todos los ex-empleados de la vieja LFC fueran igualmente araganes malvados e incompetentes, y como si no hubiera ya de por sí bastante inseguridad en las calles como para echar a las mismas a cuarentamil personas (sin ninguna otra posibilidad, al menos desde el deseo expreso de mi amiga) y engrosar así las filas de la criminalidad. Definitivamente nunca entenderé a los derechistas jodidos, entiendo a los ricachones, ¿pero a los pobres? Supongo que muchas de las ideas defendidas por los kapitalistas, son luego sostenidas y enseñadas tanto en medios masivos como en las instituciones de "educación superior", con lo cual a pesar de estar totalmente equivocadas se perpetúan, un poco como la religión, que nada tiene que ver con la verdad.

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