15 de septiembre de 2010

Anarquismo triunfante (30 de 36)

Una parte de la respuesta correcta es sugerida por la afirmación de que el software libre es hecho por aquellos que buscan compensaciones a su reputación debido a sus actividades. Los hackers famosos de Linux, dice esta teoría, son conocidos por todo el planeta como deidades de la programación. De ello se deriva ya sea una auto-estima ampliada o mejoras materiales indirectas [28]. Pero las deidades de la programación, por mucho que hayan contribuido al software libre, no han hecho el grueso del trabajo. Las reputaciones, como Linus Torvalds mismo ha señalado con frecuencia, están hechas del reconocimiento voluntario de que todo fue hecho por alguien más. Y, como muchos observadores han notado, el movimiento del software libre también ha producido excelente documentación. Escribir documentación no es lo que hacen los hackers para alcanzar a ser cool, y mucha de la documentación fue escrita por personas distintas de los que escribieron el código. Y tampoco debemos limitar las ventajas materiales indirectas de la autoría a incrementos en el capital de la reputación. La mayoría de los autores de software libre que conozco tienen trabajos diurnos en industrias de tecnología, y las habilidades en que se afinan para los trabajos más creativos que hacen fuera del mercado laboral sin duda algunas veces incrementan palpablemente su valor dentro del. Y así, conforme los productos de software libre ganaron masa crítica y se volvieron la base de todo un conjunto de modelos de negocios construidos al rededor de distribuir comercialmente aquello que la gente puede también obtener por nada, un número cada vez mayor de personas han sido empleadas específicamente para escribir software libre. Pero para poder ser empleable en ese campo de trabajo, deben haberse establecido previamente en él. Llanamente, pues, este motivo está presente, pero no lo explica todo.

De hecho, el resto de la respuesta es demasiado simple para haber recibido la consideración adecuada. La mejor forma de entender es revisar la breve y poco cantada carrera de un autor de software libre tacaño inicialmente. Vinod Vallopillil de Microsoft, mientras escribía el análisis competitivo de Linux que se filtró como el segundo de los famosos "memorandos Halloween", compró e instaló un sistema Linux en una de sus computadoras en la oficina. Tuvo problemas porque la distribución (comercial) de Linux que instaló no tenía un mecanismo para manejar el protocolo DHCP de asignación de direcciones ips dinámicas.El resultado fue suficientemente importante para que nos arriesguemos nuevamente a exponernos largo rato al estilo de redacción de Microsoft:

28. Eric Raymond es un partisano de la teoría del "aumento del ego", a la cual añade otra comparación etnográficamente falsa, de la composición de software libre con la potlatch Kwakiutl. Ver Eric S. Raymond, 1998. Cultivando la noosfera. Pero la potlatch, ciertamente una forma de competencia de status, es diferente del software libre por dos razones fundamentales: es esencialmente jerárquico, y el software libre no lo es, y, como supimos desde que Thorstein Veblen llamó la atención en un inicio respecto de su importancia, es una forma de desperdicio conspicuo.Ver Thorstein Veblen, 1967. La teoría de la clase del ocio. New York: Viking, p. 75. Esas son precisamente las bases que distinguen a la cultura anti-jerárquica y utilitaria del software libre de sus contrapartes propietarias.

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