18 de agosto de 2011

Aventuras en el Seguro Social

Ayer acompañé a mi musa a un hospital del Seguro Social a hacerse unos análisis que le habían ordenado. Su cita era al cuarto para las siete de la mañana así que pensé que nos daría tiempo de ir y regresar, y luego yo podría partir a mi trabajo y llegar a tiempo. Llegamos, la dejé en la puerta en lo que yo buscaba donde estacionar mi auto, di algunas vueltas y en eso vi a un coche dejar libre un lugar justo en frente del hospital. Suertudísimo, pensé, acomodé el coche y bajé de el, y fui a buscar a mi amada. Cuando llegué ella estaba formada en una fila, pero me pidió que por favor me formara en otra para otros estudios, le mandaron como 8 estudios distintos. Nos tardamos una eternidad, y cuando salió de la tercer puerta todavía le faltaban un par de estudios más y un ultrasonido. Para entonces ya eran las ocho, mi hora de entrada, con lo que pensé en llamar a la oficina cuando estuviéramos saliendo, para poder dar un estimado más certero de en cuanto tiempo llegaría. Al final salimos a las ocho y media, mi compañera estaba que echaba humo por el trato recibido por todo el burocratizado y déspota personal del retemaldito hospital. Y entonces fue la gota que derramó el vaso (mi vaso, el de mi amada ya había sido derramado múltiples veces), llegamos a donde había dejado mi coche y ya no estaba... "Se lo llevó la grúa (al menos no se lo habían robado)", nos explicó una individua de un puesto de tortas, y yo casi lloro.

Afortunadamente el tercer taxi que paramos sí sabía a qué corralón llevaban los coches y nos transportó hasta allá, e incluso nos informó de los documentos que necesitaríamos para sacar el auto de ahí. Pero, como la tarjeta de circulación está a nombre de mi mamá tuvo que ir ella personalmente a solicitar que liberaran mi vehículo, total que salí de ahí como a las once de la mañana y llegué a mi trabajo como a las doce.

Entiendo que es el Seguro Social, que no es una institución privada en la que puedas llamar al gerente y regañarlo, o acusar a un empleado irrespetuoso para que lo reprendan, ni tampoco ir a la procuraduría federal del consumidor a denunciar un mal servicio o producto, pero ¿cómo puede hacérsele para que los felones del seguro no traten a sus pacientes como reces?, ¿donde puede uno quejarse de que esté esa clase de instituciones con recepción masiva de personas sin un estacionamiento, por ejemplo?, Digo, entiendo que no todos los que llegan a esos hospitales tienen coche, tal vez no todos ganan los mágicos seis mil pesos que alcanzan para todo mencionados por el flamante pre-candidato Cordero, sin embargo, todos los que llegaron a reclamar su coche al corralón mientras yo estuve ahí, venían de esos mismos hospitales.

Y es que a mí me quitan cerca de cinco mil pesos mensuales de impuestos (o sea que los servicios medicos no me están saliendo gratis de ningún modo), y mi uso del Seguro social es mínimo. De hecho, nunca he ido para una consulta propia. He ido a acompañar a mi musa, he llevado a mi beba a sus vacunas, pero párale de contar. Total que sí, qué bueno que tenemos seguro social, pero qué mal que esté tan jodido, que te traten tan mal, y que ninguna clínica tenga donde estacionar el coche.

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