7 de agosto de 2011

Más sobre la libertad

El argumento principal de Sam Harris para negar la existencia del libre albedrío (o la libre voluntad, o la Libertad de resolución, o como mejor se traduzca la expresión "free will"), es que no tenemos conciencia 1) de los procesos biológico-cerebrales gracias a los cuales nos inclinamos por lo que preferimos y no por lo otro, 2) ni de los impulsos inconscientes que están detrás de la elección de lo que elegimos, 3) ni de las variadas circunstancias y situaciones en las que nos movemos y por las que atravesamos que llegado un punto nos presionarán para actuar de cierto modo.

En efecto, de nada de eso tenemos plena conciencia, de lo que tenemos conciencia es de nuestra experiencia, en la cual se nos presentan cotidianamente situaciones en las que hay que optar por una de entre dos o más opciones, y por lo regular lo hacemos sin preguntarnos mucho si lo estamos haciendo libremente o mecánicamente, o determinados por nuestro instinto de supervivencia, nuestro afán de mantener un estilo de vida, nuestros buenos o malos hábitos, etc.

Dicha experiencia podría ser una ilusión, es cierto. Podríamos creer, por ejemplo, que somos libres de fumarnos un cigarro o no, pero aquel que fuma, "supuestamente" tiende a ser víctima de una sustancia enervante (y esclavizante), y el que no fuma suele está atado (esclavizado) a su modo de vida por "supuestas" razones de salud. El hecho es que según la misma experiencia, hay gente que de saludable pasa a fumadora, y hay quienes de fumadores pasan a saludables rompiendo sus cadenas previas para rendirse ante un nuevo amo. Pero en ese rompimiento de cadenas está, creo yo, la libre voluntad. Por otro lado, en este ejemplo estamos poniendo en escena solamente absolutos, uno o cero, fumar o no fumar, una elección binaria y no un gradiente de 0 a n cigarros por día, semana, mes o año, etc; porque no es igual el que fuma una vez a la semana que el que fuma 40 cigarrillos al día, y en ese sentido yo doy más mérito a (y me parece más libre) aquel que fuma y tiene la fuerza para moderarse y dosificarse y fumar una vez cada dos o tres días, que al abstemio.

El ejemplo de fumar o no, lo tomo de mi experiencia personal, con lo cual podría dañar todo mi argumento desde el punto de vista epistemológico, pues según esto no se pueden sacar reglas generales de instancias particulares (sino de conjuntos de instancias particulares), pero quizá haya en la web otros testimonios parecidos al mío con los cuales deducir algo general. Yo dejé de fumar hace más de un año, tras diez o más meses de haber moderado voluntariamente mi hábito y haber sostenido un consumo de 2 a 3 cigarros diarios; antes de esos meses de moderación, mi consumo había sido de hasta 25 tabacos diarios.

"Pero no sabes porqué decidiste dejar de fumar", podrían decirme, y yo respondería que sí sé, que me dio tos y me preocupó, "¿por qué te preocupó?", preguntarán, pues porque el humo del cigarro incrementa las posibilidades de cáncer de pulmón, y de enfisema pulmonar, y en lugar de incrementar las posibilidades de morir prematuramente debido a alguna de esas enfermedades, quería tener más oportunidades de vivir más tiempo para ver crecer a mi hija (y próximamente también a mi hijo). Nuevamente, se me podrá decir, "ajá, pero no sabes porqué quieres ver crecer a tus hijos", y yo puedo responder que lo sí lo sé, que es porque los amo y eso me basta para querer verlos, apoyarlos, y esforzarme para ofrecerles el todas las posibilidades. "¿Y porqué los amas?", y así, eventualmente e inevitablemente llegaremos a un punto en el que yo tenga que responder que no lo sé.

Ok, ¿quiere eso decir que no soy libre?, ¿que estaba escrito en mi carácter y mis procesos cerebrales que dejaría de fumar dadas tales y cuales circunstancias?, ¿que sólo un porcentaje mínimo de psicópatas o sociópatas o cualquiercosópatas no sienten amor por sus hijos, o sea que como entro dentro de la categoría de la gente normal era obvio y obligado que sentiría cariño por mi piccola famiglia? Tal vez sea cierto, soy alguien normal, frente a ciertos estímulos debo reaccionar congruentemente, va. Pero eso no quita que exista mérito en la fuerza para alejarse de algo adictivo, pues se ha dado el caso de gente en mis mismas circunstancias, con formación, sentimientos y preocupaciones muy parecidos, que con todo sigue fumando. Es más, conozco ejemplos de personas a las que les detectaron cáncer de pulmón o enfisema pulmonar avanzado que a pesar de la noticia devastadora siguieron fumando (y no precisamente porque quisieran suicidarse) hasta morir, y también he conocido a gente que ante la perspectiva de seis meses más de vida (si abandonaban el tabaco) contra dos (si seguían fumando), han dejado el "vicio" para vivir algunas semanas más junto a sus familias.

Para mí el hecho de que existan esos dos ejemplos, que ante circunstancias adversas y frente a toda la información: haya gente que sigue haciendo lo que la llevó a esa situación; así como aquellos que cambian radicalmente buscando mejores posibilidades; me hace asignarle una gradación de mayor y menor mérito a cada ejemplo. En el primero se tiene menos mérito pero se demuestra que elegir mal o "irracionalmente" es posible, los segundos demuestran que cambiar un hábito radicalmente es posible. El que existan al menos dos posibilidades de hecho, y el que haya ejemplos de quienes han optado por una u otra, a mí me huele un poco a libertad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es ridículo pretender explicar la Libertad desde los procesos biológico-cerebrales.

"No somos libres por que estamos constituidos de materia física". ¡Sam Harris te está trolleando!

Don't feed the trolls.

persona.vitrea dijo...

Por otro lado, si bien no sabemos muchos de los porqués, sí sabemos muchos de los para-qués, y muchas de las consecuencias potenciales de nuestras decisiones. Sé que me tomo una pastilla/jarabe para que se me quite la tos, y que probablemente se me quitará si me tomo la pastilla/jarabe. Aquí el porqué es más o menos irrelevante, se podría decir que lo hago "porque tengo tos", y punto. Ya preguntar porqué prefiero quitarme la tos en lugar de dejármela me parecería estúpido.