En la jornada de ayer salió un artículo titulado Hartos de abusos, miles de indígenas se encargan de su defensa y seguridad, en el que se habla de que varios pueblos en estados como Michoacán, Oaxaca y Guerrero han organizado su propia policía porque la que tendría que ofrecer el estado nada más no hace su trabajo. De hecho, se enfentan a problemas muy graves, como bandas de taladores de árboles que han arrazado con los bosques aledaños. Los policías comunitarios por su parte no están bien armados ni entrenados, cuentan con machetes y alguna que otra escopeta, pero tienen conciencia y voluntad, luchan sin sueldo por defender su tierra y a sus poblaciones, y por eso han logrado, si no detener la tala ilegal, escoltada por elementos armados hasta los dientes, al menos disminuirla; además han logrado reducir 90% el crimen (¿desorganizado?) en sus comunidades. Todo esto me recordó la película de Los 7 Samuráis, de Kirosawa. ¿Habrá mercenarios honrados y habilidosos en el país que se dejen contratar por los campesinos para combatir frontalmente a los talabosques clandestinos? En la época de los Samuráis esos legendarios guerreros pululaban en japón, así que encontrar al menos a uno dispuesto a una locura honorable era aunque fuera pensable. Hoy en día, sin embargo, pensar en contratar a un grupo de comandos a cambio de techo y comida no es creíble. Hoy en día sólo un productor gringo haría una remake modernizado de Los 7 Samuráis... Pensándolo bien ya se hizo, en varias ocasiones, y fue hasta una serie de TV titulada Alpha Team.
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